CRÓNICA SALAMANCA
No mas universidades,
por favor

El título de este artículo no quiere
ser una salida de tono, sin más explicaciones.
Por si acaso alguien lo duda, somos partidarios de crear en el mundo
todas las universidades que sean necesarias, siempre que estén
justificadas social y científicamente, y en la medida de lo posible que
adopten un formato público. Por tanto, lo que defendemos es que dejen de
crearse universidades innecesarias, y sobre todo que las iniciativas que
surjan adopten la denominación, estructura y organización propias de una
universidad en un sentido pleno.
Lo anterior viene a cuento por lo siguiente. Resulta que en las últimas
semanas del año 2010 la Junta de Castilla y León, gobierno de derechas
en esa misma comunidad autónoma con continuidad no interrumpida desde
1987, ha propuesto la aceptación y creación de una nueva universidad
privada en la ciudad de Burgos, con el nombre de “Universidad
Internacional de Castilla y León”, al parecer con formato virtual, no
presencial, a lo moderno denominada “on line”.
Los detalles del asunto no nos interesan tanto, como sí algunas
reflexiones que vienen publicándose en los medios de comunicación,
porque la cosa parece tener miga.
Para los tiempos que corren, conviene que el lector recuerde que en esta
Comunidad Autónoma funcionan ya cuatro universidades públicas: Salamanca
(1218), Valladolid (1346), Leon (1979) y Burgos (1994). Y también otras
privadas : Universidad Pontificia de Salamanca (1940), Universidad
Miguel de Cervantes en Valladolid (2002), Universidad Católica de Avila
(creada por el obispo en 1996), y la SEK de Segovia (1997, hoy
transformada en otro lucrativo negocio privado de educación superior
difícil de calificar como universidad). Conviene añadir que la mayoría
de las ciudades importantes de la región (todas las capitales de
provincia, más ciudades como Béjar y Ponferrada poseen instalaciones
universitarias y otras más disfrutan de programas de intervención
universitaria, como la Universidad de la Experiencia). Este mapa
universitario, tan nutrido, permite ofrecer un servicio público de
educación superior más que suficiente, y desde luego de buena calidad.
Todos los rectores de las universidades públicas se han opuesto de forma
expresa a la propuesta en el Consejo de Universidades de la región ante
este atropello, ante tal insultante creación del ejecutivo regional,
pero también lo hacen de formas diferentes varios partidos políticos,
incluso ayuntamientos y diputaciones, por no hablar de la sociedad
civil, sindicatos y muchas de las organizaciones científicas y
culturales.
¿Por qué no debe crearse ahora una universidad de este tipo en Castilla
y León?
No sólo por los riesgos empresariales y sociales que arrastra una
iniciativa como esta en tiempos tan críticos como los presentes, y en
consecuencia de difícil justificación económica. Por tanto, es muy
dudosa su viabilidad sin apoyos directos o indirectos de fondos
públicos, que ahora han disminuido de manera alarmante en su asignación
a las universidades públicas, como les corresponde.
No sólo porque el mapa universitario está más que sobrado de
universidades públicas y privadas, algunas de reconocido prestigio, que
podrían de alguna forma ver mermado una pequeña parte del mercado. Desde
luego que, en nuestra opinión, lo urgente sería revisar a fondo la
viabilidad de alguna universidad pública de las ya existentes, y
analizar con criterio científico y riguroso el funcionamiento de al
menos tres privadas (exceptuamos aquí la U. Pontificia de Salamanca).
No sólo porque adopta, y usurpa, el adjetivo de Internacional, con
carácter indirecto y excluyente para el resto de universidades.
Precisamente, uno de los rasgos distintivos de una buena universidad, de
excelencia, es el de su universalidad e internacionalidad. ¿Sería
posible entonces que este nuevo engendro de universidad empañase, por
ejemplo, la trayectoria reconocida de internacionalidad de que goza
desde hace siglos la Universidad de Salamanca?
No sólo porque usurpa y secuestra también el nombre de Castilla y León
para sí misma, en exclusiva, olvidando que al menos existen otras cuatro
públicas que son también de la sociedad castellano leonesa.
Lo más preocupante de todo, además de lo antes comentado, es que esta
iniciativa carece de rigor científico y por tanto universitario.
La ley de creación de universidades privadas de 1992 establecía
criterios firmes de orden jurídico, académico, científico y económico
para poder aceptar una propuesta nueva, como tal universidad. Desde
luego que este proyecto empresarial no cumple nada de eso.
Todavía más preocupante es el desprecio comparativo que esta pretendida
universidad privada representa respecto al buen hacer de otras
universidades de la región a las que se les aprieta, se les achucha
desde los poderes políticos autonómicos y su administración, para que
cumplan con rigor niveles de éxito, de consecución de objetivos.
Porque aquí no valen esnobismos disfrazantes de cualquier cosa, como eso
del formato on line, para justificar con el nombre de universidad un
negocio (por supuesto que legítimo), pero que confunde socialmente. Más
aún si lleva el respaldo del gobierno regional. Proyectos de universidad
que no cultiven una buena parte de los diferentes campos científicos, en
su docencia e investigación, que no propongan formas adecuadas de
extensión universitaria en la sociedad y la empresa, que no propugnen la
formación de los estudiantes en su plano más elevado, de ninguna manera
merecen el nombre de universidad. Serán otra cosa.
José María Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es
SALAMANCA E BRASIL
Programa España
La Universidad de Salamanca acoge la
segunda edición del programa “Top España”, iniciativa financiada por el
Banco Santander-Brasil con el objetivo de instruir en lengua española a
estudiantes, profesores y otros profesionales de Brasil. El programa de
estudios se desarrollará a lo largo de tres semanas en la sede del
Centro de Estudios Brasileños de la Usal, ubicado en el Palacio
Maldonado.
En el curso participan un total de noventa y dos personas procedentes
del país latinoamericano entre los que figuran estudiantes y profesores
de distintas universidades brasileñas, estudiantes de la Universidad
Federal de Sao Paulo que en la actualidad se encuentran en la Usal
realizando prácticas en distintas áreas de Biociencias y un grupo de las
fuerzas armadas brasileñas que recibirán, además, una serie de
conferencias enmarcadas en la Cátedra Extraordinaria de la institución
académica salmantina “Almirante Martín Granizo”, financiada por el
Ministerio de Defensa y dirigida por el profesor Pedro Nevado.
La recepción oficial de los participantes del Programa Top España tuvo
lugar el pasado 12 de enero en el Centro de Estudios Brasileños. La
sesión contó con la asistencia de Noemí Domínguez, vicerrectora de
Relaciones Internacionales e Institucionales; Walter Bertoni, rector de
la Universidad Federal de Sao Paulo; el catedrático de la Universidad
Ignacio Berdugo, en representación de Banco Santander-Brasil; y los
universitarios Javier Mérida y Vescijudith Moreira, representantes de
los estudiantes en el Consejo de Gobierno de la Usal.
La tercera edición del programa se desarrollará el próximo mes de julio
en la Universidad de Salamanca. 
CRÓNICA
Cartas desde la
ilusión

Estamos ahora en los días de vacaciones
de Navidad, momento que se presta al recuerdo, a la reflexión, y,
también, al propósito y al deseo.
En el colegio seguimos con nuestra ilusión por constituirnos en
comunidad de aprendizaje a lo largo de un proceso que, sin duda, nos
conducirá a conseguirlo. Sabemos que las dificultades son muchas, que se
necesita mucho diálogo, mucha discusión, mucho consenso… y ¡tiempo!,
sobre todo tiempo, porque las cosas no pueden suceder de un día para
otro.
Lo interesante es que seguimos en nuestro empeño porque hay una
perspectiva o enfoque que nos guía: lo que podemos llegar a conseguir.
Es lo que te voy a comentar a continuación.
En primer lugar, creemos que conseguiremos una mayor probabilidad de que
todos nosotros, los profesores, estemos bien informados, renovados
profesionalmente y motivados para motivar a los alumnos. A nadie se le
escapa la falta de motivación bastante general que acucia en estos
momentos al colectivo de los profesores. Esta desmotivación “casi
crónica” afecta, sin duda, a la motivación de los alumnos, pues creo que
“nadie puede dar aquello que no tiene” (¿imaginas a una/un profesora/or
desmotivada/o tratando de motivar a sus alumnos y alentarles a que
trabajen cuando ella/él está en un proceso de apatía e, incluso, de
“abandono”?).
Estamos convencidos de que este estado de desmotivación bastante
generalizado no se produce por nuestra voluntad, sino, más bien, por la
voluntad y deficiente hacer de los que se encargan de dirigir la
educación en nuestro país. Es cierto que un sistema educativo nacional
tiene que ser impulsado y modificado mediante leyes que sean válidas
para todos. Ahora bien, el problema radica en la conveniencia de las
leyes que postulan y en su oportunidad. Nos hemos encontrado, por
ejemplo, hace unos años, con una nueva ley de educación que quiere
re-orientar el sentido de la educación hacia el desarrollo de
competencias… ¡pero no nos han formado para ello, ni nos han ofrecido la
oportunidad de hacerlo antes de poner en marcha la ley! Por eso, ahora
estamos tratando de “parchear” nuestras carencias con cursos y sesiones
de información y de formación que difícilmente nos permiten reflexionar
con serenidad sobre la realidad, dialogar con los colegas del claustro
educativo y tomar decisiones consensuadas que nos lleven a todos por el
camino correcto hacia la meta que se ha propuesto en la ley. Nuestras
decisiones formativas son, por tanto, más bien puntuales, y, tenemos que
reconocerlo, en cierta medida inconexas (o, al menos, no tan coherentes
y continuadas como sería necesario).
Este reconocimiento de la realidad no nos ha impedido tomar la decisión
de comenzar nuestro camino como comunidad de aprendizaje, porque
esperamos, en segundo lugar, conseguir más satisfacción, mal alta moral
y tasas más bajas de absentismo. Es éste otro beneficio que, a buen
seguro, nos espera. Y, desde aquí, desearía que todos los profesores de
nuestro país se sintieran capaces de obtener este beneficio, porque,
desgraciadamente, estamos recibiendo continuamente informaciones que nos
indican que el profesorado se encuentra insatisfecho en su trabajo y con
la moral muy baja, por lo que no es de extrañar la alta tasa de
absentismo y baja laboral que se está produciendo en el cuerpo de
profesores. Si conseguimos vivir como una comunidad de aprendizaje, los
padres de nuestros alumnos se integrarán en nuestro quehacer cotidiano y
lo entenderán mejor. Eso contribuirá a disminuir los conflictos y
tensiones que están teniendo lugar entre la comunidad educativa y los
padres de nuestros alunos (supongo que estarás pensando en todos esos
episodios de ataques a profesores por parte de padres de nuestros
alumnos que han llegado, incluso, a la agresión física y a las denuncias
en los juzgados… ¡realmente lamentable!).
Hay otros tipos de beneficios que esperamos conseguir en relación con
nuestra práctica docente, la adaptación a los alumnos y los resultados
académicos. Pero, para no abusar de nuestro espacio mensual, lo dejo
para nuestra próxima comunicación.
Sólo me queda desearte, y desearnos, que el nuevo año 2011 nos aporte el
cambio que necesitamos en nuestras mentes, en nuestras actitudes y en
nuestras conductas cristalice en prácticas educativas más eficaces que
nos lleven a todos a altos niveles de bienestar y satisfacción en
nuestra profesión.
Y, como siempre, salud y felicidad. 
Juan A. Castro Posada
juancastrop@gmail.com
PRIMEIRA COLUNA
Acordos e desacordos

O novo Acordo Ortográfico da Língua
Portuguesa será aplicado no sistema educativo e nas escolas portuguesas,
em todas as disciplinas de todos os anos de escolaridade, a partir do
início do ano lectivo de 2011/2012, já em Setembro. É desta forma que o
Ministério da Educação explica no seu sítio na Internet a implementação
do novo Acordo Ortográfico.
Portugal sempre teve o condão de querer estar na linha da frente. De
querer demonstrar, mais aos outros que aos próprios portugueses, que
quando é necessário implementar reformas, somos um país de avanços, que
mais tarde se podem transformar em recuos ou em remendos (veja-se o caso
da implementação do Processo de Bolonha: reduziram-se os anos lectivos,
mas na maioria das instituições de ensino superior continua a faltar o
resto).
De regresso ao dito acordo, que para muitos é desacordo, mas que na
minha perspectiva deve ser encarado como uma forma de evolução natural
da língua portuguesa para a «brasileira». A nossa língua nem sempre foi
como hoje a conhecemos. Evoluiu e vai continuar a evoluir, com ou sem
acordo ortográfico. A questão é que a pressa sempre foi inimiga da
perfeição, e a comunidade educativa não deve ser utilizada como cobaia
para a implementação de regras novas.
Por mais fácil que pareça ser, o novo Acordo Ortográfico exige uma
formação adequada dos professores. Acontece que o Ministério da Educação
parece não ser dessa opinião e cada um vai ter que aprender por si,
através de manuais escritos da nova forma, de informações úteis sobre o
uso da nova ortografia e de sugestões para a sua aplicação em sala de
aula.
Diz o Ministério que "os manuais escolares utilizarão progressivamente a
nova ortografia, seguindo o ritmo das novas adopções ou quando um manual
já adoptado tenha de ser reimpresso durante o seu período de vigência.
Assim, os novos manuais a adoptar para 2011/2012 já estarão de acordo
com a nova ortografia, que, até 2014, será utilizada em todos os novos
manuais adoptados".
As alterações são muitas e não se adquirem de um dia para o outro. O
próprio Portal da Língua Portuguesa (
www.portaldalinguaportuguesa.org ) refere isso mesmo e apresenta, de
forma clara aquilo que irá mudar. Uma das principais alterações diz
respeito ao uso do hífen. "Por exemplo, passa a escrever-se codependente
e contraindicação em vez de co-dependente e contra-indicação. Mesmo nos
casos em que a palavra prefixada começa por <r> ou <s> deixa de se usar
hífen, duplicando-se antes essa letra: antirrevolucionar e não
anti-revolucionar, contrassenha e não contra-senha. No entanto,
continuam a existir alguns casos em que o hífen é usado em palavras
prefixadas: quando a palavra prefixada começa por <h> (anti-herói) e
quando a última letra do prefixo é igual à primeira letra da palavra
prefixada (mantém-se contra-ataque, por exemplo.
Mas as regras da utilização do hífen, dizem-nos também que os dias da
semana deixam de ser escritos com o dito tracinho. Ou seja segunda-feira
(dia de semana) passa a escrever-se segunda feira (podendo dar origem a
situações menos claras. Estaremos a falar da segunda feira (mercado) ou
de um dia de semana? Os próprios nomes dos meses e as estações do ano
passam a escrever-se totalmente em letras minúsculas.
Os acentos também mudam. Pêlo deixa de usar o tradicional chapéu e fica
pelo. Pára fica para. Jóia muda para joia. Paranóico vira paranoico e
por aí fora. No caso das consoantes mudas, as alterações também são
muitas: " Quando precedem um <t>, <ç> ou <c>, as letras <c> e <p> passam
a escrever-se apenas se forem pronunciadas: ação em vez de acção, ótimo
por óptimo. Nas sequências <mpt>, <mpc> e <mpç> o <m> passa a ser
escrito <n> quando o <p> não se escreve: fica então perentório e não
peremptório. Em todos estes casos, quando a consoante é realizada na
pronúncia realiza-se também na ortografia: pacto não passa a ser escrito
pato".
Esperemos que o Acordo Ortográfico não venha trazer mais desacordos no
ensino em Portugal. A língua portuguesa deve ser só uma, mas também não
vejo mal ao mundo que possa ter algumas diferenças, pois a diferença
também nos pode trazer riqueza... 
João Carrega
carrega@rvj.pt
CRÓNICA
Até dois mil e não sei
quantos

Prometo portar-me bem. Prometo aceitar
a aplicação de todos os pecs, conhecidos e a conhecer e não duvidar
nunca do cumprimento dos compromissos com Bruxelas. Prometo não me
zangar com as mentiras diplomáticas sobre a política externa, nem com as
da política interna sem diplomacia alguma e carros blindados novinhos em
folha, nem com aquelas que não têm sítio exacto para serem ditas. Quando
o custo de vida for de tal modo insuportável, que faça gelar o estômago,
prometo, ainda assim, levar o salário inteirinho para casa, embora saiba
que me servirá para muito pouco, e não quero incomodar quem diz agora
preocupar-se com a pobreza. Prometo pagar todas a taxas moderadoras,
todos os aumentos dos medicamentos, mesmo que o corpo fique a doer ainda
mais. Prometo ainda aceitar o desemprego com bonomia, convicto de que
será um pequeno sacrifício para o crescimento económico e também prometo
não reparar na contradição da promessa anterior.
As diatribes financeiras internacionais são a causa única do nosso
insucesso, da nossa baixa produtividade, do nosso miserável salário
mínimo, da nossa dívida externa, da inépcia dos nossos pobres bancos e
da nossa incapacidade de realização como povo soberano. Acredito.
Prometo que acredito.
Não participarei em greves ou manifestações que prejudiquem o normal
funcionamento das instituições, que atirem o país para a bancarrota e
envenene, contra nós, as agências de rating. Prometo aplausos a tudo o
que os governantes disserem ser o possível, o indispensável e o
necessário. Prometo também que aceitarei o FMI como um irmão mais velho
ou, no mínimo, uma sacanice bem-intencionada; um acidente inevitável.
Prometo aceitar com alegria os resultados das eleições presidenciais e
compreender a aflição de quem há-de negar ter votado mal. O candidato
eleito dirá ainda na noite eleitoral que agora é que vai ser e eu
prometo que vou acreditar.
Prometo ainda rejubilar com todas as promessas ministeriais, aceitar
todas as maiorias políticas e nunca assobiar para o lado nos discursos
sobre a austeridade. Rir a bandeiras despregadas com o sentido de humor
da ministra da educação, se ela se aguentar por lá, pois a minha
paciência é infinita e não explode, mesmo que o share das televisões
obrigue à repetição exaustiva do arrazoado oficial.
E se digo que prometo tudo isto é porque aprendi, à minha custa, com a
súcia política dirigente dos últimos anos, o valor duma promessa. Contem
comigo até dois mil e não sei quantos. 
João de Sousa Teixeira
teijoao@gmail.com
|