CRÓNICA SALAMANCA
Bolonia para padres

El llamado modelo Bolonia (iniciado con
la declaración de 1999 en aquella ciudad italiana) para la reforma de
las universidades europeas, y otras instituciones de educación superior,
corre el riesgo de convertirse en cualquier cosa, si los implicados más
directos no se ponen en serio a regular un poco, pero sobre todo a
ayudar a su desarrollo de manera convincente. Aceptando que apoyar no
significa de ninguna manera transigir con barbaridades, o dejar de
cuestionar aquello con lo que se discrepa.
Es cierto que la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior
(EEES) guarda en su aplicación algunos rasgos organizativos generales,
parecidos, para los países miembros del mismo . Pero no es un modelo
cerrado, ni muchos menos administrado desde una entidad superior
política residente en Bruselas. En realidad es un conjunto de propuestas
organizativas que sugiere a los países participantes que armonicen la
secuencia de los estudios superiores, crear estructuras universitarias
de titulaciones equivalentes, desarrollar objetivos formativos
parecidos, y poner en práctica un sistema de enseñanza y aprendizaje más
acorde con los tiempos que corren en los inicios del siglo XXI, y en un
mundo altamente competitivo en su geopolítica y sistema de mercado.
Para nadie es un descubrimiento a estas alturas que tal proceso de
reforma universitaria tiene ventajas y muchos inconvenientes, sobre todo
para países como los mediterráneos (pero también para otros tan
diferentes como el clásico modelo de universidad alemana), que poseían
modelos de organización de la enseñanza universitaria muy arraigados, y
seguramente no exentos de éxito, y de calidad en muchos casos. De ahí
las justificadas resistencias al cambio hacia pautas de corte anglosajón,
cuando no decidida oposición, por parte de muchos significados
profesores y desde luego de muchos estudiantes europeos, si bien por
razones muy distintas.
Pero existe un factor añadido que conviene mencionar, y que desde luego
no ha contribuido en absoluto al éxito del proceso de construcción de
ese EEES en muchos de nuestros Estados miembros europeos. Y es que no se
ha explicado, o no se ha explicado bien, a profesores, a estudiantes, a
padres y ciudadanos en general.
Hace ya diez años que viene sonando la música de Bolonia para la
universidad: que si tres más dos o cuatro más uno en la organización del
grado y el posgrado, que si los nuevos sistemas de enseñanza y
aprendizaje, que si menos alumnos y menos clases magistrales, que lo del
nuevo valor del crédito europeo como referente organizador de la
enseñanza, que si el suplemento europeo al titulo, que si la movilidad
de estudiantes y profesores, que si la acreditación de los títulos, que
si las agencias de evaluación, que si las nuevas guías docentes. Y así
un cortejo casi infinito de propuestas y comentarios.
Podríamos continuar añadiendo nuevos y más concretos elementos técnicos
de un proyecto de reforma que a muchos les huele a taylorismo (por
aquello de las competencias), a nueva jerga funcionalista, a uniformismo
docente de corte productivista. Podemos y debemos comentar también
algunas posibilidades de interés formativo que representa este proyecto
de reforma relativo a la enseñanza a lo largo de la vida, proximidad al
estudiante por parte del profesor, espíritu europeísta, movilidad,
apertura, flexibilidad del curriculum.
Es evidente que existen partidarios y detractores de Bolonia, y no sabe
uno a veces donde ha de situarse, en qué balanza de las propuestas de
reforma universitaria. Pero de lo que no tenemos dudas es que este
conjunto de propuestas de reforma, que ya han comenzado a aplicarse de
lleno, no se ha explicado de manera convincente a los implicados, y
desde luego a la comunidad, a los ciudadanos, a los profesores de
educación secundaria, a los padres, a la ciudadanía, y también a los
interesados más directos, como son los estudiantes que poco más tarde
van a acceder a los estudios superiores, y serán los principales
pacientes y agentes del proceso.
Hasta ahora no se ha arbitrado, al menos entre nosotros, ningún programa
sólido de explicación, y por tanto de debate, sobre el significado real
de ese genérico impreciso que denominamos Bolonia, dirigido a quienes no
son universitarios, y en especial a los padres. Y eso no es bueno. No lo
es por principio de transparencia democrática, por coherencia sobre el
proceso de ayuda y orientación en la elección de estudios y profesión a
muchos jóvenes adolescentes que se ven despistados, confusos, a veces
equivocados. No lo es tampoco para los profesores, y claustros de
centros de educación secundaria, que deberían ser apoyados para ir
organizando de otra forma el sistema de enseñanza y aprendizaje que van
a encontrar sus alumnos a la llegada a la universidad, si es que se
aplica correctamente (sin chapuzas) este nuevo planteamiento didáctico.
Pero sobre todo hoy nos referimos a los padres, que siguen muy
despistados, a la expectativa, preguntando qué deben hacer ellos para
ayudar a sus hijos a no darse de frente golpes inútiles contra un muro
de confusión al acceder a la Universidad. De ahí la importancia de
establecer nexos, nuevos y mejores puntos de unión entre la educación
secundaria y la universidad, para beneficio de la sociedad, la economía,
y al fin de una cierta felicidad de los ciudadanos, los estudiantes y
sus familias.
José María Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es
PARQUE CIENTÍFICO DE LA
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
Encuentro CENCYL de
Incubadoras
El director adjunto del Parque
Científico de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado, recibió
el pasado 11 de mayo, a responsables portugueses de la Cámara de
Comercio e Industria y de la Comisión de Ordenación y Desarrollo de la
Región Centro (CCDRC), acompañados por los directivos y técnicos de los
más relevantes organismos de apoyo a la innovación de esta zona,
incluyendo el Parque de Ciencia y Tecnología de Covihla, con el que el
Parque Científico de la USAL mantiene una estrecha colaboración.
La visita fue diseñada en el marco del “I Encuentro CENCYL de
Incubadoras de Base Tecnológica” organizado por la Red de Incubadoras y
apoyo al emprendedor de la Región Centro (RIERC) en colaboración con el
CCDRC. El objetivo de esta iniciativa ha sido compartir las experiencias
entre organismos dedicados al apoyo del emprendedor así como promover la
cooperación entre las incubadoras. En palabras de los organizadores se
escogió el Parque Científico de la Universidad de Salamanca por ser una
referencia de éxito en el apoyo y la promoción de los emprendedores y
las empresas de base tecnológica.
La visita comenzó en la zona este del Campus destinada a las empresas
tecnológicas. Allí visitaron acompañados de la jefa de obra el edificio
M2 y el M3. Posteriormente se desplazaron al área sur en la que
observaron el emplazamiento de la futura bioincubadora y visitaron el
Servicio de Invernadero Experimental para, finalmente acabar viendo el
Centro Hispano-luso de investigaciones agrarias en cuyas instalaciones
mantuvieron una jornada de intercambio de experiencias en gestión y
organización. 
CRÓNICA
Cartas desde la
ilusión

Querido Amigo:
Me gustaría profundizar más sobre lo que venimos reflexionando en torno
a la evaluación de nuestros alumnos. Es un tema tan sorprendente como
apasionante cuando se trata justamente como es, y no cuando reducimos
todo el problema de la evaluación a la mera superación (o no) por parte
de nuestros alumnos de los exámenes o pruebas finales. Pero creo que
tendremos ocasión de volver sobre este tema.
Hoy quiero avanzar un poco más en mis reflexiones sobre el problema del
desarrollo de la competencia “aprender a aprender”, que ha sido objeto
de mis últimas cartas. Así, pues, hoy voy a centrarme en un problema
psicológico y de desarrollo de nuestros alumnos que considero
fundamental, y que tiene que ver mucho con su auto-estima y su
inteligencia emocional: se trata de las atribuciones que nuestros
alumnos hacen de sus éxitos o sus fracasos, y cómo podemos ayudarles a
que realicen estas atribuciones de una manera madura en función de su
edad y su desarrollo psicológico.
Uno de los principios que los profesores deberíamos tener siempre en
nuestra mente y que debería guiar nuestra actuación en el aula es el
siguiente: los profesores tenemos que ayudar a nuestros alumnos para que
sean capaces de atribuir los resultados de su proceso de aprendizaje a
causas que están bajo su control y que son modificables.
Conseguir esto supone que nuestros alumnos avanzan hacia la madurez
emocional, que es la base de la madurez humana. Si nuestros alumnos se
hacen progresivamente más capaces de este tipo de atribución, estarán
dando muestras de su capacidad de controlar las situaciones con madurez
(siempre ajustada a su edad), lo que supondrá que van adquiriendo un
“antídoto” contra el estrés. Esta adquisición evolutiva será una de las
contribuciones más importantes que, como profesores, podremos aportar al
desarrollo de nuestros alumnos como personas.
Este aprendizaje/desarrollo personal supone que nuestros alumnos van a
ir poniendo el énfasis, cada vez con más seguridad, en su esfuerzo y en
su capacidad para alcanzar todo aquello que se propongan. En
consecuencia, la confianza en sí mismos se verá incrementada y, por
supuesto, su auto-estima se elevará a niveles considerablemente altos.
Los profesores tenemos que tener muy claro que, si alguno de nuestros
alumnos piensa que no tiene capacidad o que “se le da mal” una
asignatura, difícilmente se va a dedicar a la tarea de aprender ni va a
mantener el esfuerzo que ello implica.
Sin embargo, si acepta que el resultado se debe al tiempo que ha
estudiado o a la manera en la que lo ha hecho, el problema tiene
solución; exige trabajo, dedicación y disciplina, pero puede resolverse.
Estos estilos atribucionales se construyen; nadie nace con ellos, y los
docentes tenemos mucha influencia en su construcción por parte de
nuestros alumnos.
Como fácilmente puedes imaginar, en el fondo de todo esto se encuentra
la teoría psicológica del lugar de control, interno o externo. El lugar
de control interno (es decir, la atribución de lo que nos sucede a
nosotros mismos, a nuestro esfuerzo, a nuestra responsabilidad, a
nuestra disciplina, etc.) es el indicador de la madurez emocional de la
persona. En cambio, cuando una persona tiende consistentemente a situar
sus atribuciones fuera de sí misma (es decir, se sitúa en la perspectiva
del lugar de control externo), está dando toda la prioridad y la
importancia a factores ajenos a sí misma, tales como la suerte, el
destino, los profesionales de los que depende en algún aspecto de su
vida (“este médico no acierta con lo que me pasa”, “este profesor me
tiene manía”, etc.), y, en definitiva, está tratando de huir de la
realidad y está tratando de evitar su propia responsabilidad en lo que
le sucede. La huida, la evitación, son mecanismos de defensa que las
personas inmaduras emocionalmente ponen en marcha para justificar su
falta de compromiso con la vida. Estas personas difícilmente conseguirán
ser felices y, en consecuencia, difícilmente serán capaces de transmitir
felicidad a las personas de su entorno; más bien se mostrarán pesimistas
y dependientes de los demás (de sus opiniones, de sus creencias, de sus
hábitos, etc.).
En nuestras manos, como profesores, se encuentra, por tanto, parte del
futuro de nuestros alumnos y parte de su futuro como personas maduras.
Aquí tenemos otro reto que deberemos asumir con claridad y confianza en
nosotros mismos para promover el mejor desarrollo psicológico posible en
nuestros alumnos.
Como siempre, salud y felicidad. 
Juan A. Castro Posada
juancastrop@gmail.com
PRIMEIRA COLUNA
Saber escolher o
futuro

Os alunos que este ano lectivo concluem
o ensino secundário e que pretendem prosseguir os seus estudos no
Superior, têm pela frente desafios que podem definir as suas vidas no
futuro. No imediato devem corresponder com as melhores classificações
académicas possíveis aos testes e exames que fazem parte desse percurso.
No quase imediato devem saber escolher, de forma ponderada, as áreas de
formação e as instituições a que se pretendem candidatar.
Hoje, numa situação de grave crise económica, em que até a educação vê
reduzidos os benefícios fiscais, saber fazer essa escolha não é apenas
um factor importante. É um aspecto decisivo, que muitas vezes pode
significar o prosseguir dos estudos, ou não. As famílias sabem isso. E
se no passado sempre houve a preocupação de escolher o melhor para os
filhos, ou, pelo menos, aquilo que era o desejo e os sonhos dos seus
descendentes, hoje o crivo ficou mais apertado. Esta ideia é também
partilhada pelos milhares de agregados familiares que vêem no ensino
profissional um caminho de futuro para os seus filhos.
Importa saber decidir. E para decidir há que estar bem informado. Nunca,
como hoje, o Ensino Magazine foi tão solicitado. Nos principais certames
dedicados ao ensino e à juventude realizados em Portugal (Futurália, na
FIL - Lisboa; Qualific@, na Exponor - Porto; e Fitec, na ExpoSalão -
Batalha), fomos abordados por mais de 100 mil pessoas. Diariamente somos
contactados por muitos jovens e menos jovens, que querem receber por
assinatura o nosso jornal. O motivo principal prende-se com aquilo que
atrás descrevi. O estar bem informado, para poder decidir.
Os mais de 250 mil leitores sabem que o Ensino Magazine é feito a pensar
na excelência informativa e na inovação, com o objectivo de ligar a
comunidade à escola, de divulgar aquilo que é feito nas instituições de
ensino, numa lógica de partilha de informação que promove o
conhecimento. É com este espírito que trabalhamos todos os dias,
assumindo-nos como a principal publicação dedicada ao ensino, cultura e
educação do país, com distribuição gratuita nas escolas portuguesas, do
Básico ao Superior.
É com satisfação que vemos os jovens que se candidatam ao ensino
superior procurarem nas páginas do nosso jornal as instituições e os
cursos disponíveis. O Ensino Magazine é uma referência de credibilidade
para esses estudantes, mas também para as suas famílias que, de um modo
mais documentado, podem decidir o futuro dos seus filhos, numa altura em
que o ensino superior em Portugal atravessa grandes mudanças, em que a
implementação da declaração de Bolonha alterou (ou deve alterar) o
paradigma de ensino, em que se perspectivam redes, parcerias ou
consórcios entre instituições.
É neste espírito de abertura que procuramos informar esclarecendo.
Queremos ser sempre uma parte da solução encontrada pelos alunos e suas
famílias. A decisão de escolher o futuro não é fácil, muito menos em
momentos de crise. Mas é também em épocas de crise que se criam
oportunidades. E é isso que todos os meses procuramos fazer nas páginas
do nosso jornal, na versão on-line do Ensino Magazine e nas redes
sociais.
Muitos alunos, de várias instituições de ensino superior, parceiras do
Ensino Magazine, que escolheram os seus cursos por estar bem informados,
foram e estão a ser premiados com bolsas monetárias de mérito Ensino
Magazine. Esta foi a nossa Escolha para premiar a Excelência. Boas
decisões! 
João Carrega
carrega@rvj.pt
CRÓNICA
Os Miseráveis

Devo confessar que me causa uma certa
repulsa quando oiço pronunciar os erres muito além do arranhar próprio
da consoante, sem contudo aproveitar uma letra, realmente original, do
seu conteúdo. Também o salivar dos belfos, os perdigotos dos
mal-educados, e até as buchas dos que não sabem como dizer e as frases
corporativas ou técnicas dos que não sabem, de facto, falar. Mais me
incomodam aqueles que já tudo viram e, sobre tudo (dizem) já se
pronunciaram, deixando para os demais o papel de estultos plagiadores,
invejosos das suas sentenças superiores, providenciais e exclusivas.
Pior ainda que tudo isto, tendo a não acreditar nunca em gente tal. E
quanto maior o empenho dos protagonistas, maior se torna o filtro que
utilizo para não lhes dar ouvidos.
Mas que raio de arenga havia de arranjar para falar das minhas reservas
sobre quem coloca o país atrás do sol-posto e quem o vê saltitando
alegremente, de nenúfar em nenúfar...
Há quatro ou cinco décadas, dizia-se que atrás de nós só a Grécia; hoje,
passado todo este tempo, dizem que estamos à frente da Grécia: afinal em
que é que ficamos? Mudou o quê neste país? Ou a arte da tão apregoada
solução social-democrata e liberal (leia-se PS, PSD e CDS, sem qualquer
cronologia em especial) é, para além da gestão capitalista, uma mão
cheia de nada e outra de coisa nenhuma?
Não se contabiliza aqui o desnorte, a prepotência e a política dos
afilhados, basta a mentira para nos tornarmos surdos ou farta-nos de
ouvir; a meia verdade é uma urna com votos de que se alimentam os
príncipes da democracia burguesa.
Na hora de arrepiar caminho aos putativos oásis de percurso, os visados
são sempre os mesmos: os trabalhadores e os que menos têm. Pelo
contrário, se algo é beliscado aos abastados, logo se acrescenta que é
provisório, não vá a besta acordar no coração desses grados patriotas. À
parte, delapida-se o património do Estado, privatiza-se, vende-se e mais
do mesmo.
Como Fausto, o pacto será cumprido, nem que seja à custa da própria
alma. Depois, venham cá dizer outra vez, daqui por trinta ou quarenta
anos, que nem estamos à frente da Grécia, nem esta está atrás de nós. A
realidade é que a Grécia, a pedido dos portugueses, terá deixado de
existir e, por via disso, será dado por findo o pesadelo de décadas de
perseguição, com comparações que só nos arreliaram e nos fizeram falar
daquela maneira estúpida de cuspir, babar, carregar nos erres e
tartamudear e por isso nos vimos gregos para chegar finalmente à cauda
da Europa.
Se o euro se converter em pó, como nós, com quem iremos à praça: com os
que nada dizem ou com os que tudo sabem? 
João de Sousa Teixeira
teijoao@gmail.com
|