Director Fundador: João Ruivo    Director: João Carrega    Publicação Mensal    Ano XIII    Nº146    Abril 2010

Opinião

CRÓNICA SALAMANCA

Intolerancia Colegial

Los denominados Colegios Mayores son instituciones vinculadas a las universidades, al menos a alguna de las universidades españolas de mayor calado histórico. Nacieron en el corazón de la Edad Media al amparo de las universidades más antiguas. Merton College en Oxford, La Sorbonne en Paris, San Clemente en Bolonia, o San Bartolomé en la Universidad de Salamanca, son vivos ejemplos de estos establecimientos colegiales, que han superado con indudable éxito el paso de los siglos, aunque hayan tenido que adaptarse en su organización y objetivos a las exigencias de su tiempo respectivo.

Los Colegios Mayores habían nacido para acoger inicialmente a estudiantes pobres, para ofrecerles una formación y ayuda complementaria que les permitieran lograr la culminación de sus estudios en la universidad donde estudiaban. Pero poco más tarde cambian de rumbo, y se erigen en centros de privilegio y poder, pues se muestran excluyentes hacia quienes carecen de pureza de sangre noble, hacia los estudiantes carentes de medios económicos. De tal forma que eran en realidad centros para la educación de jóvenes de las élites, lugares de corrupción y disputa del poder al más alto nivel casi siempre, nada formativos ni edificantes de moralidad y buenas costumbres. Si hablamos de España, solamente existían seis Colegios Mayores entre el siglo XV y el XVIII, de los que cuatro estaban ubicados en Salamanca, uno en Valladolid y otro más en Alcalá de Henares. Todos en exclusiva para disfrute de los hijos universitarios de la alta nobleza.

La degradación que fueron acumulando estos establecimientos, al paso de los siglos, había alcanzado tales límites que un rey inteligente e hijo de la Ilustración, Carlos III, ya en 1786 decide eliminar tales privilegios y colegios. A pesar de las decisiones reales, más tarde y con otras modalidades algo diferentes, por parte de los sectores más conservadores e involucionistas vuelven a retomarse en España los ideales elitistas de los Colegios Mayores. La transformación del modelo de universidad del Antiguo Régimen en otro tipo de universidad promovido por los liberales en el siglo XIX conduce a su desaparición definitiva, según aquél viejo estilo de Colegio Mayor.

Sin embargo, con el triunfo del franquismo (1936-1975) se retoma en España el antiguo modelo colegial elitista, tal como recoge la ley de universidades de 1943, de neta orientación falangista, aunque le da al establecimiento un perfil más ideológico y político. El Colegio Mayor es concebido, en esa norma de elevado rango, como el principal instrumento de socialización política de los universitarios españoles, como espacio de cultivo del ideario y los valores del régimen franquista, como ámbito selecto para el complemento formativo de las futuras élites dirigentes de la nación española, tal como establecía Falange. De ahí que todos los universitarios españoles, hasta 1975, al matricularse por primera vez en una universidad debían estar adscritos a un Colegio Mayor, con independencia de residir o no en el mismo. De esa manera eran vigilados y controlados, e invitados a participar en las actividades formativas, culturales y recreativas oficiales. Por ello en los años 1940-1970 se construyeron al calor de las doce universidades estatales entonces existentes un buen número de Colegios Mayores, sobre todo en Madrid.

La llegada de la democracia a España (plenamente en 1978, con la aprobación de la Constitución) también supuso la transformación de buena parte de los estilos de hacer y gestionar estos Colegios Mayores, que por estatutos e ideario no son Residencias Universitarias, sin más. Sin embargo, la inercia de las costumbres y el paso del tiempo, la ineficacia de muchos gestores universitarios, el peso de la llamada tradición, han favorecido la persistencia de algunos anacronismos en varios de estos Colegios Mayores.

Buena muestra de lo que comentamos es lo sucedido hace pocas semanas en Madrid. Es desde luego una imagen que no nos gustaría volver a ver repetida nunca más en ninguna universidad. Es una secuencia de violencia real, desproporcionada, ejercida por un grupo de unos 300 “colegiales mayores” de la Universidad Complutense de Madrid, nada menos que contra su Rector, el señor Berzosa. Este catedrático de Economía, de decidida orientación progresista, se sitúa en proximidad ideológica a Comisiones Obreras y al Partido Socialista Obrero Español.

Al parecer existían algunas deficiencias en las instalaciones y mobiliario de varios de estos Colegios Mayores, en parte como consecuencia de la falta de asignación económica suficiente desde el rectorado para mantenimiento de instalaciones. El rector a su vez lo achaca al gobierno de la Comunidad de Madrid (Partido Popular), responsable del presupuesto, que no concede a la Universidad Complutense el dinero suficiente para gastos generales de funcionamiento.

Pero lo que parece que ha desencadenado la propuesta airada, violenta, insultante, vociferante, grosera, incívica de estos universitarios “colegiales mayores”, es que el equipo de gobierno de aquella universidad estaba decidiendo suprimir el carácter exclusivamente masculino, o femenino, de varios de estos Colegios Mayores, y convertirlos sin más en mixtos. Este, dicen estos inmovilistas y reaccionarios estudiantes, es el motivo fundamental de su protesta. No quieren que se cambie nada de tales formas anacrónicas y ultraconservadoras de organizar y relacionarse dentro de los Colegios Mayores. Desean, sin más, que los chicos con los chicos, las chicas con las chicas, para sostener un régimen vulgar de organización y segregación machista de vivir, comer, dormir y actuar “culturalmente”.

Es evidente que defienden su “modelo” de Colegio Mayor a la fuerza, con violencia, sin respeto a decisiones y acuerdos democráticos, ultrajando y pisoteando la figura y la persona del rector Berzosa, que fue escupido, agredido, y tuvo que verse protegido como pudo de la intransigencia, de la intolerancia, de la fuerza bruta de un grupo de reaccionarios machos ibéricos que querían tomarse la justicia por su mano. Contra todos, contra la historia, la razón, contra la autoridad reconocida representada en la figura del rector Berzosa. Eso, así, a favor de ciertos privilegios y tradiciones elitistas, oscurantistas y rancios que para ellos son inamovibles.

José María Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es

 

 

 

LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA ACOGE LA EXPOSICIÓN

"Atrapados em el Hielo"

La Obra Social de Caixa Catalunya, con la colaboración de la Universidad de Salamanca, presenta su exposición Atrapados en el hielo sobre la expedición que hizo Ernest Shackleton a La Antártida y que puede verse en la Sala de Exposiciones Hospedería Fonseca desde el 22 de abril hasta el 6 de junio de 2010.

Atrapados en el Hielo documenta uno de los más increíbles episodios de supervivencia en la historia de las expediciones de todos los tiempos y reúne por primera vez todo el material fotográfico y cinematográfico del fotógrafo australiano Frank Hurley, realizadas durante la travesía de Shackleton de 1914. Caixa Catalunya quiere, con iniciativas como esta muestra, acercar a toda la sociedad a la cultura y a la ciencia de una forma didáctica, entretenida e interactiva.

El Comisario de la exposición es Jerónimo López, profesor de Geodinámica Externa de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable de numerosos proyectos científicos e investigaciones sobre la Antártida. La muestra cuenta con el respaldo del American Museum of Natural History de Nueva York, quien organizó, en abril de 1999 en Nueva York, la exposición The Endurance: Shackleton’s Legendary Antartic Expedition en la cual se basa la muestra organizada por la Obra Social de Caixa Catalunya. Las imágenes proceden de las colecciones de Royal Geographical Society y Scott Polar Research Institute y la State Librery of New South Wales.

La exposición de la Obra Social de Caixa Catalunya cuenta con un total de 167 fotografías en blanco y negro y en color que se han hecho a partir de las placas y negativos originales de Hurley, así como del álbum de fotografías que realizó a bordo del barco Endurance. En conjunto, la más completa colección del material fotográfico y cinematográfico del fotógrafo australiano.

 

 

 

CRÓNICA

Cartas desde la ilusión

Supongo que, en alguno de los días anteriores, habrás hecho a tus alumnos la pregunta “¿por qué llueve?”, como formulación de una tarea que deberían realizar para poder desarrollar las competencias que se espera de ellos según su nivel de desarrollo personal y académico/profesional. Y supongo, también, que lo primero que habrás propuesto será que tus alumnos consigan formular los objetivos que la realización de esta tarea les permitirá alcanzar. Esos objetivos, tal como indicara Bloom en 1956, pueden formularse tanto para el ámbito cognitivo, como para el comportamental y el emocional. De hecho, si estamos tratando de ayudar a nuestros alumnos a desarrollar sus competencias básicas no podemos perder de vista estas tres dimensiones fundamentales de saber (dimensión cognitiva), saber hacer (dimensión comportamental) y saber estar/ser (dimensión actitudinal), junto con las dimensiones adicionales de querer hacer (es decir, la motivación de nuestros alumnos) y poder hacer (o sea, llevar a cabo lo que se entiende como “liderazgo compartido”).

Aunque parezca trivial, preguntarse dónde se quiere llegar, es decir, qué objetivos o metas se quieren conseguir o alcanzar, no siempre es un hábito consolidado en los estudiantes y, sin embargo, es condición indispensable para avanzar de forma reflexiva en los siguientes pasos del proceso.

Pero, en este sentido, los profesores estamos altamente implicados porque no entrenamos a nuestros alumnos a que, desde muy pequeños, sean capaces de decidir qué es lo que quieren. Se lo decimos nosotros (si es que lo decimos) y los alumnos se acostumbran a asumir acríticamente nuestras decisiones. Normalmente nos justificamos por el hecho de que nuestros alumnos “son muy pequeños y no son capaces de decidir qué es lo que quieren”. Pero esto sucede a los 6 años, a los 7 años, a los 8 años… a los 12 años, a los 13, 14, 15, 16… ¡y nunca nuestros alumnos van a ser capaces de tomar decisiones acerca de los objetivos que tienen que alcanzar! La razón última es que en el centro educativo no se ha seguido una política de fijación de objetivos por los alumnos desde pequeñitos. Es evidente que, en los cursos iniciales, tiene que ser la/el profesora/or quien guíe de manera contundente la fijación de objetivos, y, poco a poco, a lo largo de los años, conseguir que los alumnos vayan tratando de formular sus metas (personales, académicas, competenciales, grupales, etc.) sobre la base de su experiencia anterior acumulada.

Es decir, los docentes debemos conseguir que se hagan explícitas las metas asumiendo que, a pesar de esta declaración, no siempre se comprenden bien esas metas, sobre todo en los niveles de la Enseñanza Primaria, y sabiendo, además, que nuestra labor será más intensa en esos niveles más iniciales, ya que nuestros alumnos dependen, en mayor grado, de nuestras indicaciones.

Por otro lado, no sólo debe dejarse claro dónde hay que llegar sino también los criterios de calidad, es decir, lo que tendremos en cuenta para juzgar si la tarea está bien resuelta, o no lo está. Pero nuestra práctica habitual no incluye este tipo de actuaciones, ya que los profesores guardamos para nosotros mismos los criterios que guían o han de guiar la valoración de los trabajos, tareas, etc., de nuestros alumnos y de su desarrollo de competencias. Deberíamos comenzar a cambiar este tipo de actuación, y fijar, declarar y publicar los criterios de valoración de las actuaciones de nuestros alumnos para que, en un momento determinado, puedan llegar a ser los propios alumnos quienes, a la luz de esos criterios de calidad publicados, valoren sus trabajos y tareas (auto-evaluación) y sean capaces de valorar los trabajos y tareas de sus colegas (evaluación por los compañeros).

Esto quiere decir que tenemos que comenzar a fijar esos criterios que guían nuestras evaluaciones en matrices de valoración (en inglés, rubrics). La utilización de estas matrices supondrá, sin duda, una apuesta por la mejora de la calidad del proceso de enseñanza/aprendizaje (cosa que ha demostrado suficientemente la literatura científica existente sobre dicha utilización).

Como siempre, salud y felicidad.

Juan A. Castro Posada
juancastrop@gmail.com

 

 

 

PRIMEIRA COLUNA

A queima das ditas

Abril e Maio são por excelência os meses em que as academias realizam as suas Semanas Académicas ou as tradicionais Queima das Fitas. De Norte a Sul, da Madeira aos Açores, durante uma semana as actividades lectivas são substituídas pela tradição académica, pelo convívio e pela festa, que também devem fazer parte do processo formativo de quem estuda no ensino superior.

Muitas instituições optam mesmo por libertar os alunos das actividades escolares durante o período em que se realiza a festa. E diga-se que é preferível que assim seja. Ganham as instituições que não têm aulas sem alunos, ganham os estudantes que assim podem participar sem qualquer complexo de culpa (se é que ela existe) nos concertos, nas garraiadas e em todas as outras coisas boas que as semanas académicas trazem, e ganha a economia, uma vez que aquilo que é gasto e investido nestas iniciativas são muitos milhares de euros.

Considerandos à parte, confesso-me fã das Semanas Académicas e daquilo que elas podem representar para os jovens. Há 13 anos atrás, quando as novas tecnologias davam os primeiros passos, os e-mails eram quase uma miragem e ainda nem se falava de máquinas fotográficas digitais lembrámo-nos de editar um Diário Académico. Um jornal tablóide, impresso todos os dias de madrugada, e produzido na totalidade por apenas dois jornalistas (eu e o Vitor Tomé). Devo confessar que foram poucas as horas dormidas, já que a noite encerrava ao nascer do sol e ainda tínhamos que escrever os textos, revelar as fotografias e imprimir o jornal numa velhinha offset do Reconquista.

Às 11 horas o Diário Académico era distribuído. E às 15 horas voltávamos a pegar no bloco de notas e nas máquinas equipadas com rolos de 100 ou 400 ASA. Assim foi durante cinco dias e cinco noites. Não nos queixámos e no ano seguinte já havia propostas para que repetíssemos a maratona. Não o fizemos. Hoje colocar no terreno um diário como aquele seria bem mais fácil. As novas tecnologias fazem-nos ganhar tempo, a internet é um instrumento poderoso e os estudantes continuam, nessa semana, animados como nunca.

Viver o espírito académico também passa por estas vivências, as quais devem ser desfrutadas com alegria e responsabilidade. Se assim for, todos saímos a ganhar. E um dia mais tarde, já com o curso concluído, esses momentos farão parte da história de cada um...

João Carrega
carrega@rvj.pt
 

 

 

CRÓNICA

Das Tragédias

Anda o mundo às avessas
e, para maior galanteria,
os que hão-de valer não valem
e os que valem não têm valia.

Outros para valer se valem
do valor de quem o cria,
até que as avessas do mundo
lhes dêem a volta um dia.

(“Poesia de Costumes”)
 

1. Por altura da aprovação do PEC na Assembleia da República, o Necas andava um tanto nervoso por via ainda da irritação que tanta chuva lhe provocava. Perante a mal disfarçada inquietação, entendi facilmente que vinha aí pergunta.

- Ouve lá uma coisa, é como ele diz quando quer perguntar, afinal o tal pacto de estabilidade é para estabilizar o quê?

- Podes reformular, para eu ver onde queres chegar? – Quis eu aclarar as coisas.

- Então, quem o propõe, pede contenção, compromisso e paciência; a esquerda não o vota e apelida-o de coisa ruim e a direita, pois, está bem, vamos lá, não sei, pronto: come mas não gosta. Afinal o PEC é para estabilizar o quê?

Congelam-se salários, aliena-se património e aumentam-se os impostos para estabilizar, para crescer? E o sector financeiro, que está no cerne de tudo isto, continuando a aumentar os lucros de milhões, não é para aqui chamado?

- Ó Necas, as tuas dúvidas são ao mesmo tempo as respostas ao que se passa na realidade, isto é, quem paga as crises são sempre os mesmos, a não ser que “os mesmos” ganhem força suficiente para virar as coisas. E rematei depois: numa sociedade de classes os interesses não se conciliam; luta-se pela sua concretização.

Nesta altura, o Necas já ali não estava. Sumiu-se entre a gente que se manifestava por emprego com condições, junto à Assembleia de República.
 

2. Comemoramos agora os 36 anos da Revolução de Abril. O mês ainda se chama Abril, mas de revolução o que é que temos? De promessa em promessa, de logro em logro, com epíteto de melhorar, de corrigir, de estabilizar e crescer, que temos nós país, povo que se empenhou para que Abril fosse uma realidade? Que sementes têm estes cravos, que só nascem cardos?

O país modernizou-se, dizem alguns. E para que serve a modernidade se não saio da cepa torta, como diz o Necas?

Comemoramos Abril, sim, o que nos trouxe os cravos, mas também o que nos permitiu melhores condições de vida na família, na escola e na comunidade. Mas Abril com chuva, esse que se confunde com Novembro e nos dizem ser para estabilizar e crescer, quando na realidade o que estabiliza é a miséria e o que cresce é a instabilidade e as más condições de vida, para esse Abril não. Contribuímos 48 anos para esse Abril em Portugal.

João de Sousa Teixeira
teijoao@gmail.com

 

 

© 2002-2010    RVJ Editores, Lda.