Director Fundador: João Ruivo    Director: João Carrega    Publicação Mensal    Ano XI    Nº127    Setembro 2008

Opinião

CRÓNICA DE SALAMANCA

Cursos de Verano

Parece una incongruencia hablar de <Cursos de Verano> cuando finaliza el periodo estival. Podría ser más lógico invitar a participar en alguna de los cientos de actividades culturales y formativas veraniegas allá por el mes de abril, o mayo. Pero ahora también es buena oportunidad para reflexionar sobre este tema, en septiembre, a punto de comenzar un nuevo curso, más aun desde una universidad , como la de Salamanca, que destaca desde hace décadas por organizar una de las mejores programaciones de Cursos de Verano.

Han confluido varias circunstancias para que nos encontremos en un momento tan interesante, y dulce, de esta tradición universitaria, menor para algunos, pero atractiva para la gran mayoría de profesores y estudiantes en España. Como botón de muestra, sólo en este verano de 2008 hemos participado en los Cursos de Verano de la Universidad de Salamanca algo más de 4000 estudiantes de educación superior y profesores de todos los niveles educativos. En España es preciso hacer un estudio detallado del efecto social, político, científico, económico que llamamos “Cursos de Verano”, pero estimamos en algunos miles los participantes en los centenares de cursos desarrollados en varias universidades, y esto ya es suficiente motivo.

Primero una aclaración. Conviene no identificar sin más Cursos de Verano, con Cursos de Español para extranjeros, tema de gran interés al que prestaremos nuestra atención en otro momento. Por aclarar algo el tema, los Cursos de Español, de cultura española, con todas sus variantes representan el punto de partida de esta actividad formativa que se desarrolla con fervor a veces en las universidades durante los días caniculares. Los Cursos de Español de Salamanca, por ejemplo, arrancan de 1929, y acogen a varios miles de estudiantes extranjeros cada año (en nuestro caso unos 8000 en cada convocatoria anual). También otras universidades españolas han aprovechado este tirón y han diseñado modelos de enseñanza del español para jóvenes de procedencia anglosajona, nipona o brasileña, con preferencia, si bien la ascendencia africana y asiática es cada vez mayor. Málaga es también un referente, por aquello de la Costa del Sol también. Pero ahora hablamos de otro tema próximo, pero diferente.

Los Cursos de Verano fueron concebidos inicialmente en España, en 1923, con vocación interdisciplinar, humanística, pensando en jóvenes investigadores y estudiantes universitarios, siguiendo un modelo decididamente anglosajón, y adoptando pautas pedagógicas en gran medida procedentes de la Institución Libre de Enseñanza. Había que añadir un tiempo y un lugar a este proyecto formativo. Para ello fue fácil elegir la temporada de verano para jóvenes laboralmente inactivos (minorías selectas entonces) y un bello lugar como era Santander, en la costa norte del Cantábrico, propicio por clima suave en verano y belleza combinada de mar y montaña. Se daba la circunstancia añadida que por entonces la monarquía española había adoptado la moda europea de los baños de mar, y también elegía la costa de Cantabria para practicarlos. Así nació la Universidad Internacional de Verano de Santander, en 1932, creada por el ministro Fernando de los Ríos. Más tarde fue bautizada como Menéndez Pelayo de Santander.

Esta Universidad Internacional de Verano viene desarrollando desde entonces sus cursos de verano, siempre con protección oficial y buen apoyo económico del gobierno central de turno, con independencia del color político que corresponda. Sigue invitando y becando a jóvenes estudiantes e investigadores para realizar alguno de sus muchos cursos, intercambiar experiencias, y disfrutar de una semana o dos de bienestar físico y espiritual en Santander. Es al mismo tiempo una plataforma política de primer nivel, pues en ese contexto es frecuente escuchar de personalidades políticas declaraciones de interés periodístico, siempre mucho más políticas que científicas. Desde luego que es una universidad siempre politizada, y muy sometida a amiguismos, presiones, nepotismos, porque lo cierto es que todo profesor universitario español que se precie, y sea valorado en algo, alguna vez ha pasado por aquel Palacio de la Magdalena para impartir una conferencia o un curso de verano. O al menos aspira a ello.

Otros Cursos de Verano de fuerte financiación y con notoria trascendencia social son los que se celebran en El Escorial, desde las Universidades de la Comunidad de Madrid, y con gran apoyo mediático, político y económico, incluida la financiación de algún gran banco. Pero hay otros Cursos de Verano que se desarrollan, con diferente suerte y éxito, por las diferentes universidades de España, como es el caso ya mencionado al comienzo de este artículo de nuestra Universidad de Salamanca.

El modelo actual de Cursos de Verano combina esas actividades de relumbrón científico, académico o político, con otra línea que es cada vez más viva y demandada a las universidades, como es la formación contínua. Esta es una nueva vía formativa, acorde con el espíritu de nuestro tiempo, las demandas formativas de la sociedad más dinámica y las posibilidades firmes y reales que tiene una universidad ya no encastillada, sino abierta a lo que pide el ciudadano, las empresas, el desarrollo científico, las administraciones públicas. De ello hablaremos en otro momento, porque es un perfil novedoso y estrella para las universidades del siglo XXI, pero los Cursos de Verano se erigen en un magnífico ejemplo de hacia donde caminamos como sociedad en formación, y como una universidad más abierta y flexible.

José María Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es

 

 

 

PREMIO EDUARDO LOURENÇO 2008

El plazo hasta el 20 de Septiembre

El Centro de Estudios Ibéricos ha convocado el Premio Eduardo Lourenço 2008, valorado en 10.000 euros, destinado a galardonar personalidades o instituciones de lengua portuguesa o española que hayan sido protagonistas de una intervención relevante e innovadora en el ámbito de la cooperación y en el dominio de las identidades, de las culturas y de las comunidades ibéricas.

Las candidaturas al galardón, instituido en el año 2004, podrán ser presentadas hasta el próximo 20 de septiembre en el Centro de Estudios Ibéricos, ubicado en el Edificio de la Cámara Municipal de Guarda, Praça do Municipio, 6300-854, Guarda.

Las propuestas deberán ir acompañadas del currículo vitae del candidato y de la documentación considerada útil por los proponentes. Los miembros del jurado también pueden presentar sus propios candidatos.

El premio será atribuido por un jurado integrado por los miembros de la dirección del Centro de Estudios Ibéricos (rector de la Universidad de Coimbra, rector de la Universidad de Salamanca y presidente de la Cámara Municipal de Guarda) y por más de ocho personalidades. Las deliberaciones del jurado serán tomadas por mayoría absoluta y el premio será entregado durante la ceremonia pública que tendrá lugar el 27 de noviembre de 2008.

 

 

 

CRÓNICA

Sinapismo

Na Vila onde vivo há muitos cães à solta. Uns porque são abandonados por caçadores sem escrúpulos e por aí ficam ao deus-dará, outros por mais do mesmo do menino ou da menina que se aborreceu do bicho e preferiu um brinquedo qualquer porque afinal o cão perdeu o encanto quando deixou de ser cachorro. Também há com dono ao lado ou, pelo menos, conhecido, e daqueles que nos habituamos a ver todos os dias, que não têm dono e são por isso património colectivo. Têm todos uma vida sossegada, pelo menos duma perspectiva humana, já que é insondável o que se passa na cabeça dum cão. O Mantorras é um rafeiro de pelo preto, muito independente, que se fez adoptar pelos trabalhadores do estaleiro da Câmara Municipal. Por isso estranha aquele hábito dos amigos não comparecerem dois dias por semana no local de encontro. Passa os fins-de-semana deitado na relva do jardim, certamente intrigado sobre este comportamento estranho dos amigos humanos. Para ele os dias são todos iguais, por que não os destes desiguais de duas patas, pensará talvez o Mantorras.

Mas em Agosto é ainda pior. Não bastava aquela paragem semanal de dois dias, em que se deixam de ouvir os martelos, as serras, as camionetas e máquinas pesadas dum lado para o outro, e ainda por cima falta gente mesmo nos dias em que deveriam estar todos.

Julgo que o animal se interroga sobre se aquela gente anda a tramar alguma, mais ou menos assim: hum, não aparecem, que sinal será este, que terão os homens em mente?

Talvez exagere e o Mantorras não faça realmente estes juízos de valor. Talvez esta seja uma deformação humana. Ou talvez a deformação seja não desconfiar, sei lá. É verão e a gente fica de repente tolerante até com as formigas que se vão ao açucareiro.

Seja como for, eu que não sou cão e estou aqui voluntariamente, desconfio do silêncio dos que guardam o verão para não fazer ondas onde não há mar. Falo de outros animais, naturalmente. Daqueles que nos fazem chegar a mostarda ao nariz e talvez estejam a precisar dum bom sinapismo.

Aqueles que vão fazendo de nós e dos contentores a melhor expressão da solidariedade e do são convívio, são apenas bichinhos à procura de festas.

Mas desta forma fica tudo muito mais tranquilo. Até parece que se acabaram definitivamente os problemas, que há não muito tempo nos faziam a cabeça em água. Sabemos que não. Saberemos melhor com as primeiras chuvas de Outono e é por isso que nesta altura se retemperam as forças, como fazem os trabalhadores do estaleiro da C.M. O que nos espera para além desta espécie de neblina de iodo são de novo aqueles que são capazes de abandonar animais e acham que é tudo normal, desde que a fome não lhes suba as escadas. Só mesmo o Mantorras, que por aqui se entretém desde o fecho da última temporada de caça, julga o fenómeno de forma original e espera deitado na relva que as coisas se modifiquem.

João de Sousa Teixeira
teijoao@gmail.com
 

 

 

CONTRABAIXO

Do património

Andava eu a passear numa das muitas cidades portuguesas rendida ao caos urbanístico quando resolvi visitar um pequeno forte marítimo, património com uma história imensa para contar. Logo na entrada, no topo, uns graffiti não auguravam nada de brilhante. A capela está encerrada e não terá nada de digno no interior. “Apenas as paredes”, fui informado. Já à sua volta algum lixo, sacos de hipermercado, papéis, restos de embalagens, adornos que mostram tanto a falta de cuidado de quem utiliza o espaço como de quem dele cuida.

Subi as escadas e dou com o farol que só foi recuperado graças à iniciativa de privados. Procurei a entrada mas, sem surpresa, verifiquei que se encontra fechada. Passagens para zonas superiores sem qualquer informação sobre o perigo de alguma da muralha estar destruída, deixando uns bons metros de queda à mão de semear dos incautos ou das crianças apenas com olhos para o horizonte.

Numas pequenas salas, uns painéis arrumados de forma descuidada tornam acessível alguma informação, mas a péssima iluminação e a forma algo caótica da sua organização não convidam a mais do que uma passagem rápida. Salva-se a jovem que se disponibiliza para esclarecer alguns pontos sobre o passado vibrante daquele espaço.

Trata-se de um imóvel classificado de interesse público. O que seria dele se não o fosse…

Parece fácil mas trata-se de uma das maiores incongruências nacionais. Estamos sempre a reverenciar um passado de aventureiros, descobridores intrépidos e com uma rica história para contar mas, na prática, não estamos dispostos a investir no nosso património para que o mesmo se afirme simbolicamente como herdeiro e referência e, muito menos, para que o mesmo crie valor no campo do jogo económico, através das receitas do turismo.

Qualquer visitante, após entrar no forte a que fiz referência, vai sentir o mesmo que eu: aquele espaço está entregue a ele mesmo, sem qualquer investimento que permita ser um pólo de atracção e de enriquecimento para quem por ali passa. É o quase abandono. É assim uma espécie de fingimento, um engano para nós próprios.

Acontece que os nossos impostos também servem para que a nossa história seja respeitada através da recuperação, manutenção e disponibilização para usufruto pelo público de todos os espaços notáveis, e são muitos, que nos ajudam a compreender melhor o que somos e como aqui viemos parar. Creio que nos dias de hoje já não fará sentido levantar a bandeira de que é na direita política que se encontram os naturais defensores do património, por oposição a uma esquerda mais interessada na criação contemporânea. Tratar-se-á muito mais de uma questão de respeito por nós próprios. E, esse, o respeito, ou se tem, ou não.

Como nota de rodapé, não posso deixar de referir algo que ainda me deixa perplexo. Leio nos jornais que a Orquestra do Algarve poderá acabar, por força de dívidas aos músicos e de acções interpostas em tribunal. É inegável o papel muito importante que a Orquestra tem assumido na região que lhe dá o nome. E quando dou conta das somas astronómicas gastas com o Allgarve, não posso deixar de perguntar: já que o Ministério da Cultura não terá dinheiro para muito mais, não poderá ser o colega da Economia a dar uma ajudinha e viabilizar um projecto, este sim, estruturante para a região?

Carlos Semedo
carlossemedo@gmail.com

 


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