CRÓNICA DE SALAMANCA
Universidades Chinas
El final de los juegos olímpicos
celebrados en Pekín durante el pasado mes de agosto nos invita a alguna
reflexión sobre el casi ignoto y sorprendente contexto chino, tal como
suele ser percibido por un ciudadano occidental. Ese mundo tan ordenado,
obediente, eficaz, milimétrico, cargado de espectáculos musicales y
luminosos que nos ha trasladado el grupo dirigente de la China del
momento a través de los éxitos deportivos chinos, y sobre todo los
organizativos, nos hace dudar de un aparente mundo feliz, que desde
luego no se da en la realidad.
Ese pretendido mundo idílico de una China inexistente parece contrastar
con asuntos tan pedestres, pero tan cotidianos y radicalmente humanos y
profundos, como los extenuantes y miserables horarios de trabajo de los
millones de trabajadores chinos, con la insufrible contaminación
habitual de las ciudades, el pisotón constante a los derechos humanos y
las libertades de expresión ciudadana de los que se atreven a reclamar,
los centenares o miles de penas de muerte que se ejecutan cada año, los
escándalos de las capas dirigentes enriquecidas de la noche a la mañana
(eso sí, bajo la protección del santo, intachable e intangible partido
comunista chino), y no queremos seguir expresando situaciones que son
fáciles de reconocer , o de entender entre líneas, cuando leemos o vemos
las informaciones que llegan de China por medio de las agencias
internacionales.
A través de las olimpiadas China ha querido trasladar al resto del mundo
la imagen de gran potencia, de país moderno, avanzado en lo tecnológico,
competitivo, eficaz. Desde luego que China ya existía en el mapamundi,
pero a partir de ahora mucho más, con signos muy evidentes en una imagen
televisiva como nunca se había podido imaginar. China ya no sólo es lo
que representa la invasión comercial de comercios y restaurantes, la
batalla económica silenciosa y penetrante que observamos en muchas de
nuestras ciudades europeas y americanas. Informes tan clarividentes como
los de Manuel Castells ya lo habían advertido hace algunos años, cuando
anunciaban una nueva geopolítica en el tercer milenio, y un gran peso
para el Pacífico, y sobre todo el gigante entonces dormido, y que ahora
comienza a despertar, China.
La gran y terrible contradicción de este proceso es que los dirigentes
chinos dicen defender a las clases trabajadoras a través de un partido
comunista que debiera partir del proyecto final comunitario al que
aspiran los parias de la tierra. Pero parece que nada más lejos de la
realidad presente, pues lo que observamos no es comunidad y solidaridad,
menos aún libertad, para los proletarios chinos sobre explotados, sino
la hegemonía de valores morales asentados en la competitividad, la
tecnocracia, el éxito individual, la jerarquía más brutal, la
generalización de aspiraciones representadas en el neoliberalismo
anglosajón, en versión neocapitalista de los USA.
Estas reflexiones conectan con lo que está viviendo, y a lo que aspira,
la red de universidades chinas en los inicios del siglo XXI. Se puede
conocer a través de Internet buena parte de las cuestiones que definen
las prioridades universitarias chinas, de los tristemente famosos
criterios de ranking de universidades establecidos por la universidad de
Shangai, pero de vez en cuando conviene aterrizar desde la experiencia
directa. Y esto es lo que con brevedad quiero comentar al lector.
Hace muy pocos años, a mediados del mes de noviembre de 2005 , el
gobierno de China organizó un viaje comercial y político de gran impacto
, masivo, y de enorme trascendencia, a España. No puedo estimar ahora la
cantidad y tipología de esta gran embajada china hacia el gobierno de
España, el empresariado, la banca, los partidos políticos, el sistema de
comunicaciones, los hospitales, el deporte, el sistema educativo, y
también las universidades, que es lo que aquí nos interesa. Seguramente
también el ejército, y no sabemos si la iglesia católica, con lo que ya
estaban presentes todos los elementos básicos del Estado. Los servicios
sociales y el sistema jurídico parece que no estaban incluidas en el
interés de la agenda china.
En el contexto de esa misión política y comercial china, el Ministerio
de Educación de España organizó una intensa jornada de trabajo en Madrid
en la que participaba una nutrida delegación de rectores de
universidades chinas, y otra representación de universidades españolas.
Entre ellas fue invitada la Universidad de Salamanca, por razones
seguramente muy justificadas, que ahora no podemos explicar aquí, entre
otras porque el gobierno de España y el de China también así lo desearon.
Y por razones que ahora tampoco voy a concretar, pero derivadas de
nuestra responsabilidad de gobierno universitario, entonces, participé
en la ya mencionada y muy interesante jornada de intercambio con los
rectores de las universidades más prestigiosas de China y rectores o
vicerrectores de algunas universidades españolas. El título de la
actividad se denominó exactamente “Primer Foro Universitario
España-República Popular China”, y se celebró en la sede del Consejo de
Coordinación Universitaria, en plena Ciudad Universitaria de Madrid.
Con todas las reservas que la cortesía y la diplomacia universitaria e
internacional imponen, en especial con un país de seculares tradiciones
ceremoniales como China, quedaron algunas cuestiones muy claras de aquel
encuentro. Las universidades chinas ya manejaban los códigos propios de
las universidades norteamericanas más competitivas, y por ello
exclusivamente les interesaba conocer e intercambiar sobre asuntos
económicos, empresariales, de gestión de la universidad (en absoluto la
participación democrática), de la investigación orientada a la
tecnología y la empresa, de la iniciativa privada en el seno de
universidad, de intercambio de alumnos y profesores, de la lengua
española como inversión, de los costes de matrícula, y así.
Desde luego que planeó por encima de todas las intervenciones una gran
ausencia, la del hombre, la de los hombres y mujeres. Era evidente que
el hombre quedaba fuera de las preocupaciones de los rectores de las
universidades chinas. Daba la impresión de haber expulsado al hombre, al
humanismo, de la universidad, institución que fue creada en la Edad
Media de Europa precisamente para su formación y la defensa de su
dignidad y valores, para el cultivo de la cultura al más alto nivel.
Desde luego que para mí, en este capítulo, aquella reunión resultó
sencillamente decepcionante, y muy preocupante por lo que intuí que se
nos avecina.
Es inútil recordar que el seminario de trabajo no se desarrolló ni en
chino ni en español. Adivina, adivinanza. Fue en inglés, ¿para sorpresa
generalizada de los asistentes?
José María Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es
EXPOSICIÓN
"Lejos del Paraíso"
La Universidad presenta la exposición
“Lejos del paraíso” del gaditano Juan del Junco.
La rueda de prensa se celebrará el jueves, 9 de octubre, a las 12:30
horas en la Sala del Patio de Escuelas-Centro de Fotografía.
El Servicio de Actividades de la Universidad de Salamanca presenta la
exposición titulada “Lejos del paraíso”, del artista gaditano Juan del
Junco, que podrá visitarse del 9 de octubre al 7 de diciembre en la Sala
del Patio de Escuelas-Centro de Fotografía. Las obras presentadas en
esta exposición pertenecen a proyectos que ha llevado a cabo Juan del
Junco (Cádiz, 1972) a lo largo de los tres últimos años. “Lejos del
paraíso” corresponde al subtítulo de uno de ellos, y responde al
objetivo que subyace en esta selección de obras: encontrar y definir una
serie de aspectos que caracterizan y singularizan la propuesta del
artista.
La rueda de prensa de presentación tendrá lugar el jueves, 9 de octubre,
a las 12:30 horas en el Patio de Escuelas Menores con la asistencia de
José Manuel Bustos, vicerrector de Estudiantes e Inserción Profesional,
y del propio artista.
OPINIÃO
Cartas desde la
ilusión
Querido Amigo:
Han pasado ya las vacaciones de verano y yo, como creo que tú y
cualquier otra/o profesora/or, me he tomado un descanso. Este descanso
ha llegado hasta mi pluma, que ha dejado de escribir, para dar paso a mi
mente, que, finalmente, me ha llevado a tomar una decisión: durante el
próximo curso, haré un tratamiento y desarrollo del tema de la
convivencia con mis alumnos.
La verdad es que he tenido muchas dudas al respecto. Después de un año
en que mi atención a la auto-estima se ha cerrado con éxito, buscaba un
tema que diese continuidad y aprovechase todo lo sembrado hasta ahora
entre mis estudiantes. Y creo que ha sido la actualidad más rabiosa la
que ha dictado el camino a seguir: vamos a trabajar, este año, todos los
aspectos psico-sociales de la convivencia en el aula y en el centro
educativo.
Estoy convencido de que, en la misma medida en que consigamos potenciar
la convivencia en nuestros alumnos, estaremos trabajando por su
desarrollo tanto académico como personal. Creo que la base del
rendimiento académico y del desarrollo como personas en el centro
educativo es una dinámica de convivencia adecuada, basada en el respeto
de los valores democráticos de respeto de los demás, tolerancia,
aceptación de la diversidad en cuanto a los pensamientos y a las
emociones, etc. Es un nuevo reto, como lo es cualquier nuevo comienzo de
un ciclo, pero tengo la esperanza de que, ya que el año anterior hemos
puesto los fundamentos de la auto-estima, es decir, en definitiva, de la
confianza, aceptación y respeto de sí misma/o, este año estaremos
perfectamente preparados para proyectar esos valores individuales hacia
los valores sociales de la convivencia en democracia y aceptación de la
realidad de los demás.
Creo que, en la sociedad actual, necesitamos salir un poco de nosotros
mismos y comenzar a pensar, también, en los demás. Nuestro ombligo no
puede ser el centro del mundo. Si es así, caemos en el peligro del
ego-centrismo, que es algo muy distinto de la auto-estima, y, a la
postre, resulta dañino para las personas. Los seres humanos somos
individuo y grupo. Por eso tenemos que convivir. Tenemos que convivir
con nosotros mismos (y eso lo lograremos gracias a una alta auto-estima)
y con los demás (eso lo lograremos desde nosotros mismos y promocionando
todos los valores de la convivencia en democracia).
Por eso, uno de los principios fundamentales de la convivencia es la
cooperación. Si una persona tiene alta auto-estima, no sólo no teme
cooperar con los demás, sino que promueve voluntariamente esa
cooperación, ya que sabe que, a la larga, todo ello repercutirá sobre su
propia auto-estima, que quedará fortificada. Desde esta convicción, una
de mis primeras actividades con mis alumnos va a consistir en analizar
un pequeño documento que tengo y que se titula “El vuelo de los gansos”.
En él se puede descubrir cómo, una vez más, la naturaleza ayuda a la
racionalidad humana en qué consiste la auténtica cooperación.
Me gustaría adjuntarte aquí este documento, pero ya no me queda espacio.
En mi próxima carta te lo enviaré, y te contaré algo de cómo me ha ido
con mis alumnos en esta nueva experiencia.
Un abrazo muy fuerte, con todos mis deseos de salud y felicidad.
Juan A. Castro
juancastrop@gmail.com
www.me-ayudas.com
CONSEJO DE GOBIERNO
Declaración Ambiental
La Universidad de Salamanca, en su
Consejo de Gobierno del 29 de septiembre de 2008, ha aprobado su
“Declaración de Política Ambiental” y el Plan de Gestión Ambiental y
Sostenibilidad.
Mediante esta documento, desarrollado en 10 principios fundamentales, la
Universidad de Salamanca asume “la necesidad ética y económica de
incorporar a todas sus actividades modelos más acordes con una gestión
sostenible, así como impulsar la generación de ciencia, tecnología e
información bajo criterios sostenibles, fomentando en toda la comunidad
universitaria el sentido de responsabilidad por la conservación y mejora
del medio ambiente”, según explicó hoy la vicerrectora de Planificación
Estratégica y Calidad, Isabel Suárez, quien compareció en rueda de
prensa junto al profesor Miguel Lizana, coordinador del Plan de Gestión
Ambiental (PGAS).
Esta iniciativa es fruto del mandato que se recoge en el punto tercero
del artículo 102 de los estatutos de la Universidad de Salamanca: “La
Universidad adoptará políticas y desarrollará programas orientados a
garantizar y asegurar la calidad ambiental y la gestión de residuos, en
todas sus actividades”. Y, asimismo, es coherente con nuestra
vinculación a diversas organizaciones universitarias internacionales y
españolas. La USAL es miembro de la Organización Internacional de las
Universidades por el Desarrollo Sostenible y el Medio Ambiente. Es
también signataria de la carta universitaria COPERNICUS para el
Desarrollo Sostenible, documento impulsado desde la Conferencia Europea
de Rectores, y participa activamente en el Grupo de Trabajo de Calidad
Ambiental y Desarrollo Sostenible de la Conferencia de Rectores de las
Universidades Españolas (CRUE).
Un paso necesario para que este compromiso se pueda hacer efectivo y
operativo ha sido la elaboración y aprobación del Plan de Gestión
Ambiental y Sostenibilidad. La Universidad de Salamanca ha venido
realizando en los últimos años diversas acciones dirigidas a la mejora
del medio ambiente en los diversos campus y centros, pero no disponía
hasta ahora de un Plan específico con este fin, que concretara
prioridades, coordinase nuestras acciones y nos permitiese rendir
cuentas.
CRÓNICA
L.H.C. PRO NOBIS
Há dias, sem qualquer movimento
voluntário da minha parte que o propiciasse, caiu-me no colo, digo, na
mesa, uma daquelas informações avulsas que todos recebemos e cuja
atenção prestada é mais ou menos directamente proporcional ao efeito do
boneco, do marketing, disso.
Este, porém, não tinha prémios, facilidades de pagamento e nem sequer
patrocínios de um qualquer ministério à boleia da novidade. Não era
sequer colorido, nem me foi entregue por mão. Estava ali quieto, em cima
da mesa do café, como se esperasse por mim há uma eternidade.
Afastei naquele momento tudo o que pudesse estorvar a minha atenção,
ajeitei os óculos e concentrei-me na coisa, como se não houvesse ali
mais nada ou ninguém.
Rezava o dito sobre um tal Large Hadron Colider. Pois é isso mesmo que
vocês sabem, mas foi a minha primeira vez e, naturalmente, o assunto
causou-me espanto e admiração. Confesso que à primeira vista me pareceu
uma daquelas americanices de trazer por casa e, pela foto anexa, ainda
julguei tratar-se de nome de família atribuído a uma das tempestades
violentas que assolam com frequência o continente americano. Mas não:
era de facto uma revelação científica com interesse.
O engenho situa-se na Europa (França/Suiça) e destina-se a experimentar
a teoria do big bang, através da aceleração de partículas microscópicas,
a velocidade muito próxima da da luz, em sentidos opostos, provocando a
sua colisão, de modo a descobrir a partícula designada por bosão de
Higgs, mãe de todas as partículas.
A partir de então, fiquei com a sensação de que todos olhavam para mim
de forma suspeita. O meu cérebro estava cheio de conhecimentos
fantásticos e isso era visível, como se a cabeça fosse uma redoma de
vidro transparente e todas as ideias e planos estivessem expostos à
curiosidade alheia. Não tinha já outra alternativa que não fosse sair
daquele espaço encolhido e vigiado e ir tratar de vida para onde não
tivesse tais constrangimentos.
Pois muito bem. Descartei-me sorrateiramente dos óculos, levantei-me com
mil cuidados, com receio de que alguém fosse adivinhar o que me ia na
cabeça e zarpei, congeminando planos para entreter a massa cinzenta, à
beira duma experiência semelhante, mas doméstica.
Pelo caminho, bateu-me uma ideia peregrina: uma máquina destas dava um
jeitão se dentro dela pudéssemos acelerar toda a legislação de trabalho,
de segurança social, de saúde, de justiça, de ensino, etc. produzida por
este governo e faze-la chocar contra qualquer coisa bem grande, com
vista à criação duma nova ordem, após quase um mandato de obscurantismo.
É capaz de não haver espaço no país (quero eu dizer: pode não haver
ainda uma consciência colectiva para o efeito), mas que era bem
esgalhado, lá isso era.
João de Sousa Teixeira
teijoao@gmail.com
CONTRABAIXO
A crise e o discurso
Crise. Esta palavra ecoa por todos os
lados e, desta vez, não se trata da habitual oscilação lusa entre o
estado eufórico e um pessimismo arrasador. Todos os sinais convergem
para um mal que afecta todos, ou quase, de uma forma ou de outra. Estes
são bons momentos para reflectir sobre os modelos de desenvolvimento, os
desequilíbrios que os mesmos causam e, sobretudo, sobre a forma como a
acção política se transformou num enorme palco de um teatro que
conquista cada vez menos público.
É geralmente com enfado que muitos dos meus interlocutores oriundos de
outros países se prestam a falar um pouco sobre os seus governos e
acções e as conversas aqui em Portugal dificilmente passam do básico e
dos “soundbytes” amplificados pela comunicação social. Mas será que as
pessoas se afastam simplesmente porque não estão para se maçar ou porque
a sua formação cultural não os aliciou para estes terrenos? Ou a classe
política tendeu para uma profissionalização que a afastou da realidade e
de uma perspectiva transversal sobre o que se passa no dia-a-dia das
pessoas?
Uma coisa é certa, pelo menos para mim: rara é a vez que ouço um
ministro ou secretário de estado falar a nossa língua de uma forma rica
e estimulante. Chego a ficar assustado quando ouço intervenções dos
nossos deputados na Assembleia da República, não por causa do calor e
intensidade do discurso mas pela pobreza da linguagem. E, já agora, há
quanto tempo não escutamos, em Portugal, um discurso político brilhante?
Sim, um daqueles que dão vontade de ouvir ou reler. Se alguém se lembrar
de um, enviem-me sugestões, por favor, para o endereço de e-mail que se
encontra por baixo da assinatura.
Num país como o nosso, este fosso entre o sector político e os cidadãos
é ainda mais perigoso, pela falta de tradição de acção cívica espontânea
e pelo proverbial “deixa andar”. Tudo o que vem do sector político
merece desconfiança imediata, mesmo as chamadas benesses e se tal
acontece, creio que deveriam ser os próprios governantes, deputados e
demais responsáveis partidários a questionarem-se sobre o que há de
errado na sua forma de agir e comunicar com a sociedade.
Dir-me-ão alguns que a riqueza de linguagem é um pormenor marginal. Não
me parece. Deputados e governantes deveriam ser os melhores e os
melhores, em qualquer país, têm de saber, pelo menos, expressar-se na
sua língua de uma forma que não faça lembrar constantemente a conversa
de café. Quem atura discursos ou discussões no parlamento cheios de
“chavões”, frases feitas, tiques da moda, tais como o “é assim”? Outros
dirão que o importante é a acção, as medidas concretas e a sua
aplicação. Talvez, mas qualquer medida precisa de ser discutida e
explicada ao país e aos sectores envolvidos. E toda a actividade
política se joga no palco contínuo dos meios de comunicação, nos quais a
palavra deveria ser a rainha.
Podemos estar a viver uma crise sem precedentes no plano económico mas
sinto que é também uma crise que necessita de respostas ao nível das que
só grandes estadistas e uma classe política ao mais alto nível poderá
dar.
Carlos Semedo
carlossemedo@gmail.com
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