CRÓNICA
Semanas de la ciencia
sin (algunas) ciencias
Todos los años por el mes de noviembre,
cual ciclo litúrgico laico, se desarrollan en toda España numerosas, así
llamadas, "semanas de la ciencia". Primero fueron impulsadas y
financiadas por el Ministerio de Educación, y más tarde por las
Comunidades Autó-nomas, que reciben las com-petencias plenas en
educación y universidades de forma ya definitiva y general desde el año
2000. Pero siempre en colaboración directa con las universidades, que
son al fin las responsables de su organización y proyección entre
alumnos universitarios, y sobre todo estudiantes de educación
secundaria. Así acaban de organizarse y celebrarse varias decenas de
estas semanas de la ciencia, con las mismas dudas de cada año, por
cierto.
Desde luego que nos parece una iniciativa muy interesante, concebida
para fomentar el espíritu científico entre los jóvenes, y entre los
mayores también. Si hay algo que ha caracterizado a los tradicionales
modelos educativos latinos, frente a los anglosajones, a lo largo de la
historia, ha sido precisamente la ausencia de percepción social de la
ciencia, o una débil presencia del espíritu científico en el curriculum
formativo, ya sea en la escuela primaria, o en los niveles medios y
superior. Frente a la sobre-abundancia de letras y leyes, y de un fervor
hiperespeculativo, se adolecía de espíritu práctico, creativo,
inventivo, tecnológico.
Para corregir ese desnivel y desfase, se ponen en marcha en España, hace
ya un par de lustros, estas iniciativas sociales y científicas que
tratan de hacer más presente el espíritu de la ciencia, de la
racionalidad científica. Nos parece perfecto, adelante.
El problema se viene planteando también hace tiempo, ab initio, cuando
se observa el contenido interno de esas semanas, y la ausencia reiterada
de muchas otras ciencias que sistemá-ticamente son obviadas por los
organizadores de turno. Porque da la impresión que esas semanas de la
ciencia siempre las organizan personas con una tipología de pensamiento
ante la ciencia muy similar, con independencia de su ubicación en el
mapa ideológico o político correspondiente. Y sucede que es una
percepción de la ciencia completamente sesgada y miope, que nos remite a
un viejo debate del siglo XIX sobre el concepto de ciencia, que algunos
podrían pensar que debiera estar superado, pero que parece no es así. Y
eso se traduce además en opciones corporativas y excluyentes, que supone
invitar a participar a unas ciencias y unos científicos, y olvidar y
desconocer a otros muchos más.
Exagerando un poco las cosas, sólo para que se nos entienda, algunos
parecen defender que sólo es científico aquel resultado que se obtiene a
través de la observación por un aparatito llamado microscopio. O también
otros que dicen que sólo es científico lo que conduce a expresiones
técnicas, a transformaciones directas de un fenómeno de la química o de
la física, de la materia al fin.
Desde tales concepciones parece deducirse que los ámbitos de las
ciencias sociales y de las humanidades tienen difícil encaje en su
concepto de ciencia, y la demos-tración más palpable de lo que decimos
lo encontramos bien reflejada en los programas oficiales de las semanas
de la ciencia que han organizado las universidades españolas
recientemente. Si nos detenemos en su análisis observamos un profundo y
desilusionante vacío y olvido para amplios sectores de la CIENCIA.
Si se quiere organizar algo parecido o idéntico a lo que se viene
haciendo en esas semanas de la ciencia, debería ser más correcto
denominar a tales actividades las SEMANAS DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES
Y LAS TECNOLOGÍAS.
Pero si se desea organizar una SEMANA DE LA CIENCIA con letras
mayúsculas, donde afianzar el espíritu cientifico en nuestras sociedades
latinas (es decir, el de la razón, y el de la búsqueda de causas y
efectos a través del método científico), tienen que tener cabida TODAS
las ciencias, las jurídicas, las económicas, las de la educación, la
psicología, la filosofía, las lingüísticas, todo el mapa de saberes
científicos que han ido construyendo los hombres con su particular
racionalidad. En las semanas de la ciencia deben estar contempladas y
mostradas todas las ciencias, no sólo unas pocas, las experimentales y
las próximas a las tecnologías.
De lo contrario los organizadores y responsables de esas semanas, de
manera consciente o no, a sabiendas o por ignorancia, seguirán
desfigurando la realidad, la ciencia y la transmisión de nuevos saberes
a los ciudadanos, en especial a los jóvenes. Flaco favor a todos.
José María Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es
UNIVERSIDAD SALAMANCA
"Munificus Amicus
Studii" para El Salvador

Cinco miembros de la Asamblea Legislativa
de El Salvador recibían el miércoles, 3 de diciembre, las primeras
distinciones “Munificus Amicus Studii Salmantini” que entregaba el
rector de la Universidad de Salamanca, José Ramón Alonso, en
reconocimiento a los lazos que se han creado entre ambas instituciones y
que han contribuido a la proyección, impulso y mejora de la Universidad,
especialmente, en el ámbito internacional.
Tras disculpar la ausencia de Rubén Orellana, presidente de la Asamblea
Legislativa de El Salvador, y de Francisco Roberto Lorenzana, uno de los
vice-presidente, Francisco Roberto Loren-zana Durán, vicepresidente;
Enrique Alberto Luis Valdés Soto, secretario de la Junta Directiva; y
Alejandro Arturo Solano, jefe de la Unidad de Asesoría Técnica
Institucional, recibían los primeros diplomas que acreditan su
colaboración con la Universidad de Salamanca, reconocimiento instituido
con motivo del VIII Centenario de la fundación de la institución
académica.
El rector, José Ramón Alonso, agradeció la oportunidad ofrecida desde la
Asamblea Legislativa a la Universidad para “participar en el proceso de
futuro en el que está inmerso El Salvador”. “Es un orgullo para la
Universidad de Salamanca que los diputados de este país se hayan
convertido en nuestros mejores embajadores en América Central”, apuntaba
Alonso a la vez que destacaba que Brasil y El Salvador han sido los
encargados de inaugurar la concesión del reconocimiento “Munificus
Amicus Studii Salmantini”. “Son dos países que sentimos, realmente, como
amigos”, agregó.
En su intervención, Lorenzana Durán calificó de “fundamental” el apoyo
de la Universidad de Salamanca en la “consolidación de la paz en El
Salvador” y recalcó que, a través del convenio suscrito en diciembre de
2007, “no sólo se ha favorecido la enseñanza académica sino la
conveniencia política”.
A través de este acuerdo se han realizado durante este año una serie de
conferencias magistrales dictadas por académicos españoles, y se ha
fortalecido la biblioteca legislativa con una donación, en abril pasado,
de 200 volúmenes sobre diferentes temáticas legales.
OPINIÃO
Cartas desde la
ilusión
Querido Amigo:
En mi carta anterior te relaté "El vuelo de los gansos". Espero que te
haya gustado.
Mi propósito inicial, a partir de esta narración para sensibilizar a mis
alumnos, ha sido y es formar un auténtico grupo en el que todos ellos se
sientan integrados y aceptados. A partir de ese "sentido" de grupo
podremos comenzar a construir nuestro sistema de convivencia,
desarrollando el plan de convivencia que yo mismo había programado antes
de comenzar el curso.
Mi primer ejercicio fue el de "la bola de lana". El principal objetivo
de esta actividad fue "materializar" una red de relaciones entre todos
los alumnos del aula, de manera que se hiciera visible, mediante un hilo
de lana, la "tela de araña" tejida entre todos, basándose en un buen
deseo de cada persona hacia una/un compañera/o.
Para lograrlo, les pedí que retirasen las mesas y sillas colocándolas
junto a las paredes del aula, dejando, en el centro, el mayor espacio
libre posible. Entonces les indiqué que se colocasen alrededor, formando
un círculo. Una vez colocados, les expliqué lo que debían hacer. Uno de
ellos (previamente designado por mi) tenía una bola de lana en su mano
dominante, y el final del hilo de la lana en la mano no-dominante. La/el
alumna/o lanzó la bola de lana a una/un compañera/o para que la cogiera,
teniendo ella/él sujeto el final del hilo. A la vez que lanzaba la bola
de lana, debía expresar un deseo positivo a su compañera/o (por ejemplo,
"María, te deseo que sigamos siendo buenos/as amigos/as").
La/el compañera/o que recibía la bola de lana, sujetaba el hilo y
lanzaba, de nuevo, la bola hacia otra/o compañera/o, expresando otro
deseo (antes de comenzar el ejercicio les expliqué que debían formular
deseos siempre diferentes, evitando que se repitieran, insistiendo
siempre en que los deseos debían ser positivos, y sólo positivos). La/el
alumna/o que recibía la bola volvía a sujetar el hilo y a lanzar de
nuevo la bola hacia otra/o compañera/o expresando un nuevo deseo
positivo. Otra norma establecida antes de comenzar el ejercicio fue que
se debería lanzar la bola siempre a una/un compañera/o diferente (para
evitar que alguna/o de ellas/os recibiera varias veces la bola mientras
que alguna/o no la recibiera ninguna vez).
Poco a poco fue apareciendo un "tejido" entre los alumnos, que sujetaban
el hilo de lana con su mano no dominante, a medida que iban expresando,
cada uno de ellos, su deseo.
Una vez que todos los alumnos habían recibido la bola, les indiqué que
se fijasen en lo que habían hecho: habían tejido una red de relaciones
entre todos ellos en la que nadie estaba excluido.
A continuación les pedí que diesen, todos ellos, un paso hacia el
centro, con lo que la red se aflojó, pidiéndoles que observasen lo que
había sucedido.
Después les indiqué que volviesen a su posición anterior, con lo que la
red se estableció con las características iniciales, es decir, con una
tensión "normal". Entonces les pedí que comenzasen a tirar del hilo
hacia sí mismos, con lo que la tensión de la red aumentó. Les pedí que
tirasen un poco más… y algún hilo se rompió, con lo que la red comenzó a
destruirse.
En ese momento les pedí que cerrasen los ojos y pensasen en lo sucedido,
recordando los momentos en que habían construido la red, el tiempo que
la red estuvo caída, por falta de tensión entre los hilos, el momento de
la vuelta a la tensión inicial, y, finalmente, el momento de la
elevación de la tensión hasta tal punto que algunos hilos se rompieron y
la red quedó parcialmente destruida.
Pasados un par de minutos, di por finalizada la actividad y les pedí que
volviesen a colocar las mesas y las sillas en su sitio. Una vez
acomodados todos en sus puestos, les indiqué que debían relatar en su
portfolio lo que había sucedido y explicasen por qué y cómo se
construyen las relaciones entre las personas, por qué, en ocasiones, las
redes pierden tensión y por qué, otras veces, las redes se rompen como
consecuencia del incremento de las tensiones. Además, debían explicar
qué tipos de tensiones excesivamente fuertes pueden romper las
relaciones entre las personas.
Siento no poder seguir y contarte los resultados de la actividad, pero
los documentos de los portfolios fueron altamente reveladores, como
podrás imaginar.
Un abrazo muy fuerte, con todos mis deseos de salud y felicidad.
Juan A. Castro
juancastrop@gmail.com
www.me-ayudas.com
CRÓNICA
Disse, está dito

M.F.L. é criatura que nada me diz,
a não ser memórias antigas de fadas impostoras, de nariz adunco, das
histórias infantis, que Andersen tão bem soube congeminar e me deixavam
perplexo com tanta maldade que ia por esse mundo. Mas tem vindo a
produzir tais afirmações nos últimos tempos, que fazem corar as fadas da
minha lembrança e, aqui para nós, parecer criaturas afáveis.
Esta de que vos falo agora, denuncia tiques xenófobos, anti-democráticos
e depois diz que era a brincar. As "minhas" bruxas eram mais sinceras e
têm a prerrogativa de me ter ensinado a fazer a diferença entre o bem e
o mal. Esta finge ser um Messias, quando afinal é mais um apocalipse dos
pés à cabeça.
Recentemente, descobri um livro, editado há quase trinta anos, chamado
"Os Ferreira Leite de Rio das Pedras". Nesse momento julguei ter
descoberto a pólvora, encontrado o fio à meada, ainda para mais dum
Ferreira Leite, descendente de políticos tradicionais de Rio das Pedras.
Rebate falso: Livro autobiográfico, fala da própria família e suas
carreiras e do próprio autor, Renato Ferreira Leite, no magistério, em
várias cidades paulistas, Bolas!
Não me move grande preocupação quanto às origens de M.F.L., e afinal
isto é apenas uma crónica. Claro que não me refiro às origens
conhecidas, mas a qualquer aspecto ancestral e caricato que pudesse
explicar tão singular personagem.
Os jornalistas não deviam escolher as notícias, disse. Ninguém diz
tamanha barbaridade se conseguir coordenar o pensamento e a fala. Mas
M.F.L. disse com aquela fobia semelhante à dos que olhavam o patinho
feio como uma aberração. É claro que estava a brincar, porque o que ela
quis dizer já os Governos em que participou fizeram.
As grandes obras do actual Executivo, vão resolver o problema de
desemprego de Cabo Verde e da Ucrânia, disse. Se pensasse só mais uns
segundos, veria que desta forma genuína estava a revelar o seu
pensamento discriminatório em relação a outros povos aqui imigrados,
diria talvez que as grandes obras são elefantes brancos dos que agora
alternam no poder, que até servia de metáfora para xingar os adversários
políticos.
Para impor as "reformas" necessárias, suspende-se a democracia por seis
meses seis, disse. Bem, esta além de revelar um pensamento politicamente
cinzento, é aquilo que o meu amigo Necas chama de cabo de esquadra. Do
que seria capaz esta mulher num mandato com maioria, se é capaz de
conceber a suspensão da democracia por seis meses? Glosando a anedota
atribuída a Bocage, é caso para dizer que o que M.F.L. disse, não foi
ela, fui eu. O problema é que este "eu" ninguém assume no partido que
dirige - pelo menos por banda dos seus colaboradores mais próximos - o
que não me surpreende.
E assim voltei aos "Ferreira Leite do Rio das Pedras", mas foi tempo
perdido. Não consegui mais do que ficar a saber sobre as atribulações de
infância, as pragas de gafanhotos e a gripe espanhola, do início do
século XX.
Não tendo conseguido qualquer pista, qualquer indício capaz de explicar
(explicar aqui, numa crónica, repito) darei o assunto como um caso
perdido. 
João de Sousa Teixeira
teijoao@gmail.com
OPINIÃO
Carta ao Pai Natal

Caro Pai Natal, desculpa escrever-te
tão tarde, pois imagino que não deve ser nada fácil organizar toda a
logística neste mês de Dezembro. Como sabes, as coisas têm andado bem
complicadas e é natural que uma pessoa perca um pouco a noção do tempo e
das prioridades. Mas passemos ao que é importante. Resolvi pedir-te não
alguns presentes para este Natal, mas sim a tua colaboração, poder e
influência para um conjunto de pequenas grandes coisas que poderiam
beneficiar o meu país em 2009. Não te assustes. Já sei que conheces bem
a história de Portugal e uma certa ingovernabilidade do sítio, mas a tua
visibilidade e credibilidade, pelo menos em alguns meios, poderá ajudar.
Começo por te pedir que intercedas por uma verdadeira autonomia das
escolas ou agrupamentos. Sei que é tarefa complicada pois tal coisa não
parece interessar muito ao Ministério e aos sindicatos, mas ao fim
destes anos todos a discutir este assunto já é tempo de se perceber que
esse caminho é o único que tornará possível uma significativa melhoria
no sistema.
Gostava também que procurasses cativar quem tem poder para a importância
do ensino artístico no perfil de formação genérico e comum a todas as
áreas. Um ensino artístico assumido como uma base fundamental e não como
um "enriquecimento". Os sinais vindos dos mercados de trabalho mostram
que a capacidade de adaptação, elasticidade e criatividade são cada vez
mais requisitos essenciais e nós parecemos ainda atados ao eterno "saber
ler, escrever e contar". Não me interpretes mal! É fundamental saber
ler, escrever e contar, mas a verdade (neste caso estatisticamente
comprovada) é que de tanto falar nesse senso comum a única coisa que
temos conseguido é mostrar cada vez menor competência nesse triângulo
aparentemente mágico.
Outro pedido que tenho para te fazer relaciona-se com o chamado Ensino
Artístico Especializado da Música. Anda por aí uma agitação que aponta
para a possibilidade (nalguns casos já realidade) de aulas de
instrumento serem leccionadas em grupos de 4, 8, 10, até mais alunos.
Uma coisa assim do género linha de produção na qual todos os cérebros,
braços e dedos parecem responder afinadamente à voz do mestre. Concordo
que é possível trabalhar em grupo em determinados instrumentos e em
fases muito precisas da aprendizagem. Mas o que está a acontecer é que
para viabilizar a permanência de um determinado número de alunos nos
sistema, das duas uma, ou os mesmos têm aulas de 10 minutos, o que dará
para dizer olá ao professor, abrir os livros e tocar uma escala e
arpejos, ou então iremos para a terapia de grupo. Bem, também haverá uma
possibilidade que é a de começarem a surgir "explicações" de violino,
violoncelo, etc., mais uma vez, um sistema paralelo à escola, uma das
maravilhas lusitanas. Ajudas-me?
Finalmente e porque o espaço é limitado, pedia-te uma última coisa: não
sei se 0,4% te faz lembrar algo. Talvez não, pois é uma percentagem
realmente insignificante e tu tens coisas muito mais importantes em que
pensar. Relembro-te que é a fatia do Ministério da Cultura de Portugal,
no Orçamento Geral de Estado para o ano de 2009. Tenta lá chamar a
atenção dos nossos políticos para o facto de a Cultura já ser um dos
principais geradores de riqueza em muitos dos países da mítica Europa. E
pergunta-lhes se acham que é com 0,4% que se consegue investir
minimamente a sério neste sector.
Muito obrigado pela tua ajuda e desejo-te um excelente 2009!
Carlos Semedo
carlossemedo@gmail.com
MEMÓRIAS FICCIONADAS
Fome de livros
As aulas decorriam só durante a manhã.
Aquele 1º ano era preenchido com oito disciplinas, todas anuais (nada do
fatiado currículo, de UCs semestrais, que Bolonha veio a generalizar).
Bem, em rigor nove, a Educação Física também constava do horário mas
nunca entraram no ginásio nem viram a cara ao professor (se o havia). A
de Saúde Pública, à partida, parecia pouco interessante (e para mais sem
sebenta, o que obrigaria a assistir às aulas se quisessem passar no
exame) mas o professor-médico, Almiro Laço, pleno de sabedoria e
entusiasmo pelas matérias (e terras do Oriente), cativou-os desde logo.
Anos volvidos vê-lo-ia à frente do Instituto Português do Sangue. Já a
Introdução à Sociologia, disciplina inovadora para a época e na qual
depositavam tantas expectativas, mostrou-se uma desilusão, a começar
pela aridez do primeiro volume (da Portucalense Editora, 1969);
intragável aquelas notas de rodapé, sobre autores e referências
bibliográficas das 19 (!) escolas sociológicas, que, em letra miudinha,
ocupavam mais espaço na página que o corpo do texto. O professor-autor (J.J.)
era (aquilo a que hoje chamaríamos) um populista, que distribuía
shake-hands por todos os estudantes, ao atravessar a "sala verde",
carregando, em cada mão, uma mala a transbordar de livros. O Antonino,
da A.E., gracejava: "lá vai mais uma pilha de livros para engrossar as
notas de rodapé da 2ª edição revista e (muito) aumentada". Aquele
professor, baixo e roliço, saneado no PREC, viria, no Portugal de 90, a
protagonizar, com o seu primogénito JBG, um mediático e rocambolesco
caso de corrupção da maior universidade privada onde tinha chegado a
reitor (aí, imagine-se, chegou a condecorar Mikhail Gorbatchov e,
naturalmente, criou o lugar de "provedor do estudante" que o actual
ministro M. Gago veio a instituir no RJIES). Outros, como o Dimas-Chefe
de Secretaria que ensinava Ronga (língua bantu de um povo, com pouco
mais de 700 mil falantes, da província da então Lourenço Marques), e
cujos afazeres administrativos se sobrepunham à actividade docente,
faltava com desusada frequência. Razão por que grande número de alunos a
escolheu, entre o lote de disciplinas opcionais (Sânscrito, Árabe,
Concanim), mesmo sabendo que nunca a usariam na vida (hoje, Arcílio
torce a orelha por não ter ido aprender Árabe com o Prof. Farelo, sempre
lhe seria de maior proveito e utilidade). Diziam os mais velhos que eram
ambos uns mãos largas a dar notas, só que numa trabalhava-se no duro e
na outra gazeteava-se.
Mas por muito que Arcílio gostasse do discurso teórico-prático do Prof.
Almiro Laço, era-lhe difícil chegar a horas à primeira aula, a das
8:30h. A viagem era longa: de comboio, da Póvoa a Moscavide, e depois no
autocarro 28, a atravessar meia Lisboa, até à paragem na (antiga) FIL.
- Jonas, puseste o "P"? - perguntava Arcílio ao seu conterrâneo Guevara,
assim apelidado pelos amigos devido às parecenças ideológicas e físicas
(barba e boina preta) com o guerrilheiro idolatrado. Jonas, vindo da
Beira, morava agora em casa de uns tios, na rua dos correios, perto do
Instituto. O controlo de faltas fazia-se por uma folha de presenças que
circulava entre os alunos que colocavam apenas um "P" na quadrícula
respectiva e, como não se exigia a rubrica, a solidariedade funcionava
para os companheiros que, por razões várias, tinham faltado. Os
gazeteiros inveterados tornavam-se assim uma espécie de alunos
voluntários… mas sem a chatice de fazer frequências. Bom, de quando em
vez convinha ir a uma aula para pôr a "escrita em dia", pois podia haver
"Pês" por colocar. A assiduidade de Arcílio tornou-se muito irregular
quando tomou consciência que na universidade (ao contrário do liceu em
que se chumbava por faltas) as consequências eram nulas. Portanto
ficava-se pelas aulas do fim da manhã. Outras vezes, mesmo chegando a
horas, optava pela "sala verde", situada no 1º andar, um grande e
acolhedor espaço alcatifado, envidraçado e com ampla vista para o
jardim. Local de estudo e de tertúlia, onde se preguiçava, de livro
aberto, se discutiam acaloradamente assuntos que pouco ou nada tinham a
ver com o currículo. Os gurus associativos contavam estórias da crise de
69, sugeriam livros alternativos à bibliografia oficial e que não
existiam na biblioteca (por exemplo, os 5 volumes da "Sociologia Geral"
de Guy Rocher) ou aconselhavam leituras "subversivas" imprescindíveis na
formação da consciência política, como sentenciavam. Em suma, os seus
parcos conhecimentos de ciência política (e derivados) cresciam céleres
num processo que a literatura pedagógica designa por "aquisição de
aprendizagens informais, entre pares". À falta de dinheiro, obtinham-se
as obras pelo furto nas grandes livrarias da Baixa. As suas consciências
(ainda judaico-cristãs) eram tranquilizadas com a lapidar frase d'O
Príncipe de Maquiavel: "os fins justificavam os meios". O Arrecadado
Moreia, quando aparecia no Instituto, abria a mala e mostrava, com
vaidade, as últimas novidades editoriais adquiridas a custo zero. Era um
ás na arte do gamanço (sempre por necessidade de alimento intelectual,
claro). Arcílio invejava-lhe a biblioteca e, era tal a sua fome de
livros, que quis seguir-lhe as pisadas. Acreditava ainda na divisa
militar dos Rangers de Lamego (para onde nenhum dos seus novos amigos
queria ir caso fosse chamado para a tropa): "a sorte protege os
audazes". Saiu-se bem nas primeiras arremetidas (sorte de principiante).
Mas ao ser apanhado por duas vezes - na livraria do DN, ao Largo do
Chiado, e na Feira do Livro, na Avenida da Liberdade - rapidamente
concluiu que não fora talhado para aquelas "operações especiais". Tais
acidentes resultavam da sua incompetência na "arte de furtar" (título de
um livro iniciático de 1652). Portanto, deixou-se disso… e foi vender
enciclopédias, porta-a-porta
Luís Souta
Instituto Politécnico de Setúbal
lsouta@ese.ips.pt
|